Vale la pena dedicarle un paseo de fin de semana a recorrer una de las calles más emblemáticas del barrio mágico de Coyoacán. Nos referimos a la Calle de Francisco Sosa, referente indiscutible del famoso “lugar de los coyotes”.
Si uno avanza por la Avenida Universidad, en las cercanías de los Viveros y Miguel Ángel de Quevedo. Se encuentra una calle con algunos elementos inconfundibles la Capilla y Puente de San Antonio de Panza cola, edificaciones del siglo XVI que cruzaban por el caudal del río Magdalena y otras construcciones de aquellos años que se preservan en muy buen estado.
Estamos en los inicios de la Calle Francisco Sosa, una de las más conocidas de Coyoacán. Justo allí se encuentra la Capilla del Altillo, la cual, con su fecha elíptica es única en la arquitectura de nuestro país. No lejos de allí, aparece la nueva Fonoteca Nacional, en donde se atesoran numerosos registros históricos de varias partes del país. Con frecuencia se realizan allí eventos culturales y exposiciones artísticas que vale la pena presenciar.
Siguiendo por la calle Francisco Sosa aumenta el número de árboles y callejones anexos. Es una avenida de apacible ambiente y grata proyección urbana, que amerita recorrerse con calma.
Tras cruzar por la fonda Las Lupitas, rincón de la magia del México de antaño, se llega a la Iglesia de Santa Catarina, construcción del siglo XVII que sirvió para la evangelización de los indígenas locales. Lo que sigue es la Casa de Cultura Reyes que además de presentarnos atractivas exposiciones, tiene un excelente restaurante.
No muy distante se ubica el teatro Santa Catarina de la UNAM y la Compañía Nacional de Teatro, coordinada por Luis de Tavira. Esta última aparece en una de las casas más lindas de todo el barrio de Coyoacán.
A continuación tenemos la que fuera casa del propio Francisco Sosa, en el número 38, quien fuera un prestigioso historiador, la Casa de Alvarado (es decir Pedro de Alvarado, uno de los conquistadores más violentos llegado de España) y finalmente la Plaza de Coyoacán.
Es en este último punto donde termina el paseo por la calle Francisco Sosa. La Plaza de Coyoacán compensa a los visitantes por su larga marcha, con dos hermosos espacios: la Plaza Hidalgo y el Jardín Centenario. Son sitios especialmente coloridos, pintorescos y agradables, que vale la pena disfrutar a plenitud, en compañía de la familia, la pareja o los amigos.