Papantla es una de las comunidades más atractivas del estado de Veracruz. De hecho es uno de los llamados Pueblos Mágicos- denominación que había perdido temporalmente por fallar en algunos requisitos gubernamentales-, por la riqueza natural y cultural que lo definen. Los visitantes encuentran en Papantla un sitio de tradiciones gastronómicas irresistibles, con celebraciones tradicionales muy variadas y enigmáticos sitios arqueológicos como El Tajín y Cuyuxquihui. Además, Papantla es el sitio ideal para conocer los secretos de la cultura Totonaca. Lo mágico de este pueblo veracruzano parece no tener límites.
Papantla todavía preserva ese encanto particular de la provincia de nuestro país. Ubicado a 198 metros de altitud, entre las cuencas de los ríos Tecolutla y Cazones, Papantla aparece en el centro del estado, sobre una zona montañosa de la Sierra Madre Oriental. Las condiciones topográficas de este territorio son irregulares, con cerros de altura moderada y abundantes valles. La temperatura promedio de Papantla a lo largo del año, oscila entre los 25 y los 35 grados centígrados.
El Pueblo Mágico que les recomendamos fue fundado por los indígenas de la región, con el nombre de Papantla, que significa en náhuatl, “lugar de pájaros muy ruidosos”.
Qué visitar en Papantla
Recomendamos conocer en Papantla, la Iglesia de Cristo Rey, la cual se edificó en 1950 por cuenta del presbítero Pedro Onórico y que evoca notablemente a la Catedral de Notre Dame, en Francia. La Iglesia de Cristo Rey tiene un diseño con nervaduras, arcos ojivales y rosetones, los cuales perfilan un estilo neogótico equiparable al de las grandes catedrales del continente europeo. Igual de valiosa es la Catedral de la Señora de la Asunción, misma que se localiza en el centro de Papantla y cuya construcción dio comienzo en el siglo XVI por cuenta de los religiosos franciscanos. La terminación de este templo no aconteció sino hasta 1590. La catedral tiene una nave en forma de cruz, particular de los franciscanos y una fachada con cuatro pilastras de tipo románico, con un gran arco de entrada y una puerta de cedro labrado. La torre de este edificio sacro tiene 30 metros de altura y su reloj construido en 1895 todavía es funcional.
Otros dos atractivos de Papantla son el Palacio Municipal y el Parque Israel C. Téllez. En el caso del primero, si bien fue construido en 1910, el ejército de Villa lo echó abajo en 1915. No fue sino hasta 1929 cuando pudo ser reconstruido. En la actualidad el Palacio Municipal exhibe un estilo neoclásico, con una fachada de tipo frontón clásico. En lo que se refiere al Parque Israel C. Téllez, este se ha consolidado desde hace mucho tiempo como el centro de la dinámica social de los papantecos, quienes acuden allí para tomar aire fresco o para descansar. Cada fin de semana en este admirable jardín urbano, se efectúan los tradicionales Viernes de Danzón, los Sábados Musicales y los Domingos Culturales, eventos que se proyectan como escaparates efectivos para los artistas y creativos locales.
Cómo llegar a Papantla
Para llegar a Papantla desde la Ciudad de México, se toma la carretera federal 130 con rumbo a Pachuca y la desviación Tulancingo-Pirámides. Atendiendo la señalización hacia Tuxpan-Poza Rica, se arriba a esta última ciudad. Desde allí se sigue por la carretera federal 180, que llega hasta el Pueblo Mágico de Papantla.
Información relevante acerca de Papantla
Imposible no comentar acerca de Papantla, sin mencionar a sus famosos Voladores. Se trata de un ritual de la etnia totonaca, que incluye pintorescas danzas y peligrosas acrobacias en lo alto de un elevado mástil. Es un ceremonial lleno de simbolismo y colorido, muy valorado por el turismo extranjero.
Actividades a realizar en Papantla
Un buen complemento para un viaje recreativo a Papantla, es conocer los sitios prehispánicos que hemos mencionado: El Tajín y Cuyuxquihui. El primero es reconocido como uno de los lugares clave para comprender el pasado prehispánico de la región. En el caso del segundo, incluye los vestigios de una antigua fortaleza y centro ritual totonaco, levantando en un terreno de 30 hectáreas entre montes y arboledas, terrazas, escalinatas, juegos de pelota y grandes basamentos. También relevantes son el Museo de las Máscaras, el de Teodoro Cano y el dedicado al Volador.