Como pocos sitios en el planeta, el ideal de una isla, con todas sus paradisíacas características, se concreta en Holbox, en la parte norte de la Península de Yucatán, justo en donde forman un vértice, el Mar Caribe y el Golfo de México. Este atrayente lugar ofrece a los visitantes, más de de 35 kilómetros de playas vírgenes y además, al estar habitada solo por 1, 500 personas, también brinda un ambiente de paz y grato aislamiento. Holbox, en el estado de Quintana Roo, cumple cabalmente las expectativas de lo que uno esperaría en la “isla de sus sueños”, y mucho más.
Ya sea a lomo de caballo o a bordo de una bicicleta, se pueden recorrer las amables playas de Holbox. En este trayecto, uno se percata de la rica y abundante naturaleza con la que cuenta esta ínsula quintanarroense: manglares tropicales, flamencos rosados, pelícanos, cormoranes y golondrinas del mar, pululan por doquier. También se distingue en este paseo, el brillo de las aguas turquesa del lugar, al contacto con el sol radiante, como si fueran sirenas que nos invitaran a zambullirnos en un mar de luz.
Pero la isla Holbox también es interesante para los turistas aficionados a la contemplación de la fauna silvestre. Allí se pueden observar especies como delfines, mantas, barracudas, tortugas de carey e incluso, a veces, impresionantes tiburones ballena. La ventaja que ofrece Holbox para los estudiosos de la vida marina, es que se ubica en uno de los ecosistemas más abundantes y variados de todo el Mar Caribe.
En cierta etapa de esta pequeña travesía, se llega al poblado de Holbox. Estamos ante una sencilla comunidad de calles sin pavimento, casas edificadas con materiales del sitio, integrados en una densa vegetación. Por las ventanas de estas humildes viviendas es fácil percibir, el aroma del ajo, la cebolla, especias, que se cocinan a fuego lento junto con los más deliciosos productos del mar, como cangrejos, camarones, pescados, almejas, pulpos y atún. En fiestas y celebraciones, las mesas de los habitantes de Holbox se engalanan con blancos manteles y se colman de ricas viandas, tradicionales del lugar, como las empanadas de pescado, ceviches variados, cocos con ron y el platillo estelar en la gastronomía local: la “langosta a la holboxeña”, una delicia al paladar. Degustar esta especialidad regional, es el colofón perfecto para quien descubre por vez primera los muchos secretos turísticos de la isla Holbox.
Más información en: http://www.islaholbox.com.mx/