Campeche es un caudal inagotable de maravillas turísticas, que nadie se debe perder. Pocos destinos mexicanos combinan, de tan grata manera, atractivos ecoturísticos y arqueológicos, entre muchas otras facetas viajeras. Como muestra, vasta comentar acerca de dos lugares fascinantes en Campeche, en donde la naturaleza más pura y la riqueza cultural de civilizaciones ancestrales, se entreveran para ofrecer a los visitantes una vivencia totalmente única. Se trata de la Reserva de la Biósfera los Petenes y la isla de Jaina. Conozcamos más detalles acerca de estos rincones mágicos de Campeche.
Acerca de los petenes
Cuando se escucha mencionar esta palabra, lo primero que uno se pregunta es: “¿Qué serán los petenes?” Pues bien, se trata de islotes cubiertos de vegetación de selva mediana, que se localizan entre manglares. Las dinámicas de vida que se manifiestan en estos islotes, se desarrollan en torno a los cenotes o manantiales, y su frágil equilibrio depende de los aportes de agua dulce que se obtengan en la superficie y la intrusión de agua salada, proveniente del fondo. Te recomendamos visitar en Campeche, la Reserva de la Biósfera los Petenes, la cual comprende un total de 282, 857 hectáreas, en partes de los municipios de Campeche, Tenabo, Hecelchakán y Calkiní.
En esta reserva, se encuentran petenes en donde crecen árboles como el chit, palma, higuera, chechén, caoba y manglares de diversas variedades, que conforman el hábitat de por lo menos 473 especies de flora. En lo que se refiere a su fauna, en el entorno de los petenes, habitan especies como el mono aullador, oso hormiguero, loro yucateco, ibis blanco, cocodrilo de río, garza cándida, caimán, pato de alas blancas, tlacuache cuatro ojos, temazate y manatí.
Camposanto maya
Por lo que se refiere a la isla de Jaina, su nombre quiere decir “Lugar de la Casa del Agua” y esto alude a su localización insular. Se trata de un sitio prehispánico que tuvo una gran dinámica social a lo largo del periodo Clásico. En Jaina, se han hallado más de un millar de entierros mayas, junto con delicadas figurillas de barro. Estas últimas, formaron parte de ofrendas fúnebres muy importantes- desde un punto de vista arqueológico-, para comprender la visión de los antiguos mayas acerca de la muerte. Visitar la isla de Jaina, en Campeche, ofrece a quienes tienen esta posibilidad- se requiere un permiso oficial por parte del INAH-, la vivencia de naturaleza mística que tuvieron los antiguos mayas, en un entorno rebosante de garzas, pelícanos y otras especies de aves acuáticas, además de la densa vegetación que se forma en este sitio. Muchas de las figurillas halladas en la isla de Jaina, se pueden contemplar en el Museo Arqueológico del Camino Real, en el municipio de Hecelchakán y el Museo de Antropología de la Ciudad de México, en Chapultepec.