En medio de impresionantes acantilados y bajo el resguardo del cerro Nepateco, se localiza la pirámide de Huapacalco. El nombre de este lugar deriva de una palabra náhuatl que significa “casa de madera”. En tiempos prehispánicos, fue un importante centro habitacional, religioso y civil de la civilización tolteca. Se considera que Huapacalco tuvo una gran importancia durante el Segundo Imperio Tolteca antes de la fundación de la ciudad de Tula. Este sitio arqueológico del estado de Hidalgo fue descubierto gracias a los trabajos de la arqueóloga teutona Florencia Müller en 1954.
Fue justamente en ese año cuando la mencionada arqueóloga, junto con César Lizardi, hallaron Huapacalco, área integrada por un grupo de construcciones piramidales de tintes teotihuacanos, además de una plaza con estela discordial que evoca a los mayas y yugos totonacos, lo cual también denota una gran influencia en este lugar, de las Culturas del Golfo.
En esencia, lo que nos ofrece este yacimiento preshispánico es una gran pirámide que incluye tres cuerpos y exhibe influencias teotihuacanas. La base de la pirámide de Huapacalco mide 12 metros y su estructura alcanza los 8 metros de altura. Los elementos más recientes de este edificio hacen patente su vinculación con la cultura tolteca.
Por otra parte, en el lugar también se localiza un monolito-altar que casi seguramente fue utilizado como depósito para ofrendas. En la mesa de Huapacalco y los cerros del Huiztle, que rodean este sitio arqueológico se han encontrado distintas pinturas rupestres con 10,000 años de antigüedad. Tales muestras de arte arcaico, nos comparten las vivencias que tenían los primitivos habitantes de estos territorios. De entre lo que se comprende en estas pinturas rupestres sobresalen figuras humanas, figuras animales y diferentes símbolos astronómicos.
Los habitantes de Huapacalco eran de procedencia xicalanca y olmeca, es decir, las tribus que poblaron la gran mesa central de esta cordillera hidalguense. Estas personas se dedicaban principalmente al cultivo de las artes, el adiestramiento militar y la impartición de justicia.
Un detalle interesante es que, en la Cueva del Tecolote, en Huapacalco, fue hallado el cráneo de un cazador prehistórico y el hacha más antigua hallada en Latinoamérica. Todo lo anterior se exhibe actualmente en el Museo Nacional de Antropología e Historia de la Ciudad de México, en Chapultepec.
El sitio arqueológico de Huapacalco, se puede visitar de martes a domingo de 8 am a 3 pm, con entrada libre.