Tlaquepaque es una antigua comunidad de alfareros y destino de fin de semana predilecto para los habitantes de Guadalajara. Y si bien se ha constituido como un barrio más de la capital jalisciense, sigue conservando una cierta atmósfera de autonomía local. La razón por la cual acuden a Tlaquepaque tantas personas, es la abrumadora diversidad de artesanías, de calidad excelente, que allí se pueden adquirir. Alfarería, vidrio soplado, productos textiles, madera, metal y papel mache, son algunos de los materiales con los cuales, bellas piezas se elaboran y expenden en las tiendas de artesanías de Tlaquepaque.
De la misma manera, en Tlaquepaque abundan los restaurantes de grato ambiente y deliciosas especialidades. Un sitio de referencia en este pueblo jalisciense es El Parián, para muchos, la cantina más recomendable del mundo. Incluye hasta 34 locales en donde beber y comer, todo ello en torno a un colosal patio central, con una plataforma en donde mariachis tocan atractivas melodías.
Por otro lado, en Tlaquepaque, hermosas creaciones en cerámica están en exhibición permanente en el Museo Regional de la Cerámica. Este recinto se encuentra instalado en una admirable mansión colonial y allí los visitantes tienen la posibilidad de contemplar una cocina del siglo XVI, entre muchos otros elementos interesantes.
Es importante señalar que una gran parte de las artesanías que se comercializan en Tlaquepaque, en realidad son elaboradas en el cercano barrio de Tonalá. Este último es un antiguo asentamiento indígena que, tal y como sucedió en el caso de Tlaquepaque, en tiempos pasados fue una comunidad autónoma, con relación a Guadalajara. Los días jueves y domingos se instalan en las calles de Tonalá un pintoresco tianguis de artesanías.
Dos atractivos adicionales que pueden conocerse en Tonalá son: la Parroquia de Santiago Apóstol y el Santuario del Sagrado Corazón. En el caso de la primera construcción, data del siglo XVI y atesora en su interior composiciones pictóricas acerca del Viacrucis. Además, tiene como anexo un claustro agustino edificado en el siglo XVII. Por lo que se refiere al Santuario del Sagrado Corazón, este se encuentra al sur del Palacio Municipal de Tonalá. Su construcción se remonta a 1900. Exhibe un patente estilo gótico, en lo que se refiere al exterior, y renacentista en su proyección interior. Se engalana con una representación al oleo del Viacrucis, de procedencia italiana, que llama la atención por sus grandes dimensiones. Este santuario fue erigido sobre los vestigios de lo que fuera el Hospital de Nuestra Señora de la Soledad.