En Michoacán existen numerosos lugares bellísimos y entre todos ellos destaca sobremanera, por sus atractivos naturales y culturales, el lago de Pátzcuaro y sus alrededores. Cual si fuese una proyección a escala del mosaico turístico que nos ofrece Michoacán, el lago de Pátzcuaro y sus inmediaciones, exhiben diferentes focos de interés para los visitantes, independientemente de sus gustos y aficiones. Michoacán es tan rico, que todos los que lo visitan encuentran algo diferente en este estado de la república, capaz de satisfacer sus particulares ansias turísticas. Esto se hace manifiesto para quien explora el lago de Pátzcuaro y los bellos parajes que lo circundan.
La carretera que transita alrededor de este magnífico cuerpo de agua, pasa por varios pueblos coloniales, yacimientos prehispánicos y comunidades artesanales de enorme valía. Y si bien, sitios como Pátzcuaro, Tzintzuntzan y Quiroga, son bien conocidos y frecuentados por el turismo, no sucede igual en el caso de la ribera occidental y las áreas pantanosas al sur del lago de Pátzcuaro. En este caso, son pocos los visitantes que exploran tales zonas y muchas de sus riquezas ecoturísticas u orientadas al turismo cultural, se quedan sin ser conocidas a plenitud. Tan solo los paisajes que se pueden captar, en esa sinuosa parte de la carretera- idílicos panoramas del lago y las comunidades purépechas-, justificarían un paseo por estos encantadores rincones michoacanos.
Por ejemplo en Quiroga, se comercializan productos agrícolas y artesanales provenientes de todo el estado; los turistas gustan de adquirir, por ejemplo, vistosos cuencos y recipientes de madera lacada, adornados con flores multicolores.
En Santa Fe de la Laguna, otra comunidad en las orillas del lago de Pátzcuaro, se localiza una hermosa iglesia del siglo XVII y muchos lugares para adquirir artesanías elaboradas de cerámica negra, típicas de la región.
Erongarícuaro, un pueblo al sur del lago, se hizo famoso por ser el lugar del retiro de Andre Breton, líder del movimiento surrealista francés.
Otro punto imperdible es TzinTzunTzan, en donde se levantan varias yácatas, es decir, basamentos de templos escalonados, lo cual nos expone la relevancia que tuvo el lugar en como uno de los principales asentamientos de la cultura tarasca. En este sitio también se recomienda visitar un precioso convento franciscano del siglo XVI y el mercado de artesanías.
Ihuatzio es otro lugar imperdible para quien explore los alrededores del lago de Pátzcuaro. Es un apacible pueblo que se localiza cerca de vestigios tarascos cercanos al lago. La representación escultórica de un coyote, localizada en estos sitios arqueológicos, actualmente se encuentra en la torre de la iglesia del lugar.