La colonia Roma, complemento de la Colonia Condesa, es una de las áreas urbanas más tradicionales de la capital mexicana. Aparecida a comienzos del siglo XX es uno de los postreros esfuerzos por parte del porfiriato para transformar a la Ciudad de México en una moderna urbe, en todas las facetas posibles: cultural, social, arquitectónica y urbana. Este mismo sentido fue el que le dio origen a la Colonia Condesa. Tal impulso hacia la modernización fue muy redituable en términos arquitectónicos. Por aquellos años, ciertas familias adineradas se instalaron en la colonia Roma y edificaron allí grandes palacetes y casonas de diferentes propuestas arquitectónicas.
Varios de los edificios que se pueden observar en la colonia Roma (y en la Condesa) corresponden al estilo ecléctico. Este último se define por tomar elementos de diferentes épocas para efectuar una construcción determinada. Pero en los tesoros arquitectónicos de la Colonia Roma también pueden hallarse muestras del estilo Belle Époque, art nouveau y en menos casos, del estilo neocolonial y del art decó.
Cabe destacar que, como también sucede con respecto a la Colonia Condesa, la Roma conservó su esplendor durante mucho tiempo y se consolidó como una de las áreas urbanas con mayor tradición y prestigio en la Ciudad de México. Aun cuando su mejor momento ha quedado muy atrás, nos quedan varios testimonios arquitectónicos de esta época dorada.
Muestras de ello las tenemos, por ejemplo, en la Iglesia de la Sagrada Familia, edificada en 1910 y cuya proyección combina elementos eclécticos, neogóticos y románticos; la Casa Lamm, ubicada en las calles de Orizaba y Álvaro Obregón, es una construcción noble y hermosa y actualmente es utilizada como centro cultural, y el Edificio Balmori, cuya construcción comenzó en 1922, está diseñado de acuerdo a un patrón afrancesado, pero también, clásico ecléctico.
Otras muestras de hermosa arquitectura en la Colonia Roma y que pueden visitarse como complemento a un paseo por la Colonia Condesa, son: el Edificio Río de Janeiro, localizado en la Plaza Río de Janeiro, y llamado de manera popular como “La casa de las brujas” por su singular forma arquitectónica con techos de dos aguas en lo más alto y ventanas que semejan grandes ojos- además, esta construcción fue de los primeros edificios de apartamentos en la capital del país-; la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario, y el Instituto Renacimiento, en las esquinas de de Orizaba, Guanajuato y Chihuahua.