El Mineral de Mapimí tiene más de cuatro siglos y fue un elemento propiciador en el surgimiento de nuevas poblaciones en los estados de Durango y de Coahuila. De su antigua gloria solo se mantiene en pie, el Puente Colgante de Ojuela, el cual ha sido rescatado de entre los vestigios de esta comunidad fantasma. En la zona donde se tocan tres entidades del norte de México, Coahuila, Chihuahua y Durango, se localiza la Reserva de la Biosfera de Mapimí, decretada de manera oficial en 1979.
En sus 342,387 hectáreas, sobresalen lugares de enorme atractivo, como la misteriosa Zona del Silencio, donde se pueden observar constantes fenómenos luminosos, sobre todo por las noches y en donde se ha reportado la caída de varios meteoritos. En la Zona del Silencio, se percibe una intensa carga magnética de tipo subterránea y por ello, es complicado captar señales televisivas y radiofónicas.
Tanto en este paraje, como en otros del vasto desierto chihuahuense, se caracterizan por su gran riqueza en biodiversidad, por contar con más de 350 variedades de plantas, entre las cuales destacan, el mezquite, el ocotillo, la gobernadora, la lechuguilla, y varias especies de cactáceas. También es el hogar de más de 300 especies animales.
En esta reserva y sus inmediaciones, en la región semidesértica del noreste duranguense, se encuentran abundantes restos históricos y arqueológicos, lugares con fósiles y rocas con antiguos petroglifos y muchas otras maravillas. Justo en este entorno es donde se levante el pueblo minero de Ojuela.
Qué visitar en Ojuela
La región donde se encuentra Ojuela, constituyó durante mucho tiempo una frontera defensiva en contra de los belicosos indígenas tobosos y los cocoyomes, los cuales, para no ser conquistados, se ocultaban en las áreas más inaccesibles, como por ejemplo, la Sierra de la Bufa, la cual, contemplada desde la Sierra de Mapimí, resulta impresionante.
Hasta estos lares arribó, en 1598, el jesuita Servando de Ojuelos y otros españoles. Ellos fueron quienes descubrieron una enorme veta de plata, que a la postre sirvió para levantar un emporio minero de los más relevantes en el norte del país, El nombre de este lugar, es un tributo al religioso mencionado: Ojuela. Hacia 1870, enfrente de la mina, fue instalada una pequeña comunidad en donde habitaban los trabajadores del lugar y así surgió el pueblo de Ojuela.
Uno de los atractivos de Ojuela es su puente colgante, reconocido como una proeza ingenieril, por ser único en su tipo en toda Latinoamérica Mide 318 metros de largo por dos de ancho y se levanta sobre una cañada de 110 metros. Fue construido en las postrimerías del siglo XIX por un ingeniero teutón de nombre Santiago Minhguin, para vincular el yacimiento más grande con las bocas menores y así llevar el material extraído hasta el pueblo.
Ojuela, que llegó a albergar a más de 3000 habitantes, contaba con energía eléctrica, iglesia, salón de bbaile, escuela, agua potable y muchos lujos y comodidades. Pero, conforme el agotamiento de las vetas aumentaba y las inundaciones se sucedían, se fue despoblando, hasta que a mediados del siglo XX, solo quedaban unos cuantos cientos de mineros. Hoy en día es un pueblo fantasma, de gran relevancia histórica que ha sido rescatado parcialmente.
Cómo llegar a Ojuela
Partiendo desde las ciudades de Torreón o Gómez Palacio, se arriba al pueblo de Mapimí, a una hora de recorrido. Ojuela se ubica unos 15 minutos, al este de Mapimí, siguiendo un camino de terracería.
Información acerca de Ojuela
De este pueblo minero, en la actualidad pueden visitarse el mencionado puente colgante, una vía empedrada, una porción de lo que fuera la iglesia y vestigios de otras construcciones. En Ojuela se organizan recorridos guiados, para explorar el interior de la mina. Uno de los atractivos del sitio es una extraña mula momificada.
Un dato interesante se refiere al nombre de “Mapimí” el cual deriva de la palabra en idioma cocoyome que significa “Peña elevada”. Ojuela se ubica precisamente al oeste de la Sierra de Mapimí.
Actividades a realizar en Ojuela
Es interesante recorrer Ojuela sabiendo que todavía hoy, existen gambusinos buscadores de minerales en la zona. También que, en las cercanías de Ojuela existen varios lugares con pinturas rupestres. En este pueblo fantasma, además, fueron filmadas las películas “Gringo Viejo” y “El Fugitivo”.