En lo que sigue, comentaremos acerca de algunas de las iglesias y complejos conventuales más recomendables en el estado de Puebla. Estamos ante una entidad de la República Mexicana, que se distingue sobremanera por su patrimonio arquitectónico, histórico y estético y por lo tanto, resulta una garantía de satisfacción turística.
Por ejemplo, la Parroquia de San Marcos es una construcción de 1698 que sobresale su parámetro, el cual se encuentra cubierto por una cuadrícula, llena de azulejos y ladrillos alternados. Su interior es de una sola nave, con cúpula de gajos y bóvedas de lunetos los cuales cubren un tambor octagonal. Edificio de sólida estampa y agradable proyección, es un elemento de visita imperdible, para quien transita por la Avenida Reforma en la capital poblana.
Igual de atractiva resulta la Parroquia de Santiago, construida en la mitad del siglo XVI, principalmente por su corte herreriano barroco y su interior con una sola nave, con bóveda de lunetos. No obstante, tal vez lo mejor de esta iglesia sea su precioso retablo dorado, el cual exhibe las mejores cualidades del estilo barroco.
Ahora toca el turno de comentar acerca del Ex Convento de Santa Rosa. Es una construcción también barroca, cuya construcción data de 1698. En otros tiempos fungió como convento para las monjas dominicanas, pero actualmente, sirve como sede del Museo de Artesanías. Se cuenta que en este lugar fue inventado el tradicional mole poblano. La cocina del Ex Convento de Santa Rosa, tiene ornamentos de azulejos de acuerdo a la usanza del siglo XVIII.
También interesante resulta el Ex Convento de Santa Mónica, al cual, para acceder a él, hay que transitar por una casa y un largo pasillo. Por una ley de 1857, que prohibía la existencia de conventos y monasterios, este convento, cuyo edificio es la actual sede del Museo de Arte Religioso, estuvo funcionando de manera clandestina, hasta ser descubierto por la autoridad en 1934.
El Ex Convento de San Agustín es un obligado más, en la lista de edificios por conocer, para quien explora la ciudad de Puebla. Construido en 1546, este complejo conventual exhibe un estilo colonial, con su planta de cruz latina y un amplio crucero. Incluye capillas hornacinas en los costados de la nave. Su interior se engalana con una hermosa escultura de San Nicolás Tolentino, colocada en una de sus capillas laterales, lo cual denota un acentuado sentido místico.