Un gran número de viajeros se dan cita en México durante los días 19,20 y 21 de marzo para presenciar y formar parte de un importante evento cósmico, que se repite año con año: el equinoccio de primavera. No obstante, este acontecimiento se torna aún más interesante por el marco inigualable en el que puede disfrutarse en tierras mexicanas: las colosales pirámides prehispánicas.
A continuación, recomendaremos dos importantes destinos turísticos, famosos sitios arqueológicos, en donde la llegada del equinoccio en México, puede experimentarse como un evento mágico e inolvidable.
Quienes buscan presenciar la llegada de la primavera en lugares como Teotihuacan o Chichén Itzá, lo hacen seguramente con la intención de colmarse de energías positivas. De hecho, tal visita a los más importantes santuarios prehispánicos mexicanos, durante estas fechas, convoca a cerca de un millón de turistas nacionales ansiosos por cargarse de las buenas vibras equinocciales.
Turismo místico
Los turistas que acuden a Teotihuacan, Chichen Itzá y otros relevantes sitios arqueológicos en México, para vivenciar la llegada del equinoccio, por lo general lo hacen vestidos de blanco. También acostumbran realizar interesantes rituales prehispánicos y efectuarse “limpias”, es decir, “mágicas” purificaciones con incienso y hierbas. A la vez, es común observar a estas entusiastas personas meditando y gozando del ambiente cautivante de las grandes ciudades indígenas del México antiguo.
Notable evento astronómico
Se le llama equinoccio al periodo del año en el cual los días duran lo mismo que las noches, en casi todas las partes del orbe, menos en los polos. El término equinoccio se deriva de la palabra en latín aequinoctium, la cual significa “noche igual”. Este relevante acontecimiento astronómico se presenta dos veces al año: primero el 20 de marzo y posteriormente el 22 de septiembre. Es precisamente, cuando los dos polos de nuestro planeta se hallan a idéntica distancia del Sol, lo que propicia que la luz solar caiga por igual en los dos hemisferios terráqueos.
Santuarios fascinantes
En Teotihuacan, desde tiempos prehispánicos, los visitantes de esta magna urbe indígena, acostumbran presenciar la llegada del equinoccio en la cima de la Pirámide de la Luna o la del Sol, vestidos de prendas blancas y con alguna de color rojo. Desde entonces, ha sido una experiencia inolvidable ver como esta ropa cambia su tonalidad, de acuerdo a los rayos de la aurora equinoccial.