¿Será posible que el giro de la hotelería contemporánea tenga un sentido diferente al de los hoteles boutique? Los hoteles convencionales y los hoteles boutique tienen como objetivo ofrecer el alojamiento de mejor calidad y comodidad a sus huéspedes. Eso es algo que por supuesto los relaciona e identifica hasta cierto punto. Pero aun cuando ambos procuran ofrecer la mayor cantidad de comodidades y ventajas a quienes se alojan en ellos, los hoteles boutique se distinguen de especial manera de los demás hoteles.
Pero además, esta diferenciación puede llegar a ser tan positiva, que varios hoteles boutique son capaces de rivalizar con hoteles de las cadenas hoteleras más prestigiosas en el mundo. De acuerdo a esta perspectiva ¿Cuál será el sentido particular de los hoteles boutique? ¿Cuál es ese factor, esa chispa especial que los hace tan disfrutables para innumerables viajeros?
Lo primero que se debe hacer para identificar lo anterior, es reconocer que los hoteles boutique son en primera instancia negocios. Y sin una constante fuente de ingresos tal y como sucede con cualquier negocio, los terminan por cerrar y desaparecer. Algunos de los hoteles boutique más destacados han optado por seguir cierta filosofía empresarial, para así asegurarse esta fuente de ingresos. Y lo han hecho gracias a un factor capital: garantizando la alegría de sus huéspedes.
Los hoteles convencionales se afanan en proporcionar un conjunto de servicios del mejor nivel posible. Pero lo hacen pensando más en su propia estructura hotelera y muy poco en la vivencia personal de cada huésped. Como consecuencia de ello, sus huéspedes tendrán una cómoda estadía, pero nada especial y pronto olvidable. Las grandes cadenas hoteleras, con sus productos y propuestas en serie, son proclives a esta circunstancia.
En cambio, los hoteles boutique, al ser negocios pequeños, son más accesibles para procurar la alegría emocional de sus huéspedes. Un hotel de 10 o 15 habitaciones, se presta más para una atención personalizada que un enorme resort de 300 habitaciones. Los propietarios de los hoteles boutique, de esta manera, procurando el bienestar personal e interior de sus clientes- y de su propio equipo de trabajo-, tienen ventajas inusitadas, que no son alcanzables para las grandes cadenas hoteleras.
El resultado directo de lo anterior son huéspedes satisfechos, en hoteles boutique con empleados felices. El ambiente de los hoteles boutique que alcanzan este grado de armonía, hace patente su sentido particular: una armonía plena, de lo exterior y lo interior.
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