Es interesante saber que, el primer hotel boutique que surgió como tal, fue el en la ciudad de Londres. Fue creado a finales de la década de 1970 por la célebre diseñadora Anouska Hempel. El objetivo que perseguía Hempel, era dar a conocer algo completamente novedoso y radical en el medio del turismo y la hotelería. El continente europeo y buena parte del mundo estaban habituados por completo al servicio de las grandes cadenas hoteleras y no existía una alternativa de alojamiento alterativo para los viajeros.
Hempel rompió con todos estos esquemas: sin manejar mínimo de habitaciones, con temas novedosos y sorprendentes. Los hoteles boutique consiguieron romper con rodo lo que era conocido como indispensable en una instancia de alojamiento. Conocer los orígenes de los hoteles boutique, nos ayudan a comprender por qué motivo es un concepto en permanente evolución.
Las grandes cadenas hoteleras no le dieron gran atención a esta nueva tendencia en el mundo de la hotelería, pero aún con ello, paulatinamente esta original tendencia siguió ganando terreno y en 1984 el célebre propietario del Studio 54, inauguró el Hotel Morgans en Nueva York. Con el apoyo de su excelente equipo de relaciones públicas, logró que este lugar llegara a ser un éxito absoluto.
¿Cuáles son las características que han definido a los hoteles boutique desde su aparición? En primer lugar, un moderno diseño planteado en una edificación antigua. Esto favorece que tal hotel manifieste una personalidad particular, que no puede ser hallada en ningún otro hotel del orbe. De esta manera se alcanza un servicio sin igual y al mismo tiempo, sin reglas definidas de antemano, es decir, un hotel boutique es capaz de orientar su propia propuesta de alojamiento, de acuerdo a las necesidades de sus clientes.
Algunos años después, las cadenas hoteleras reaccionaron y decidieron emprender un singular contraataque. Fue entonces cuando surgieron los. Construcciones nuevas, exclusivas, plenas de elegancia y con gran diseño. Pero al pertenecer a una cadena de hoteles, se ciñen a las reglas de tal marca y por ello, carecen de la flexibilidad y atención personalizada de la que son capaces los hoteles boutique.
Buena parte de la estrategia que siguen los hoteles lifestyle consiste en desprestigiar a los hoteles boutique, aduciendo, especialmente, su carencia de estándares de calidad y otros problemas similares. Más allá de ello, esta pugna hace patente otro factor relacionado con el desarrollo que manifiesta el concepto de “hotel boutique”.
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