Viajar es fuente de asombrosos descubrimientos y sorpresas insospechadas. Los siguientes casos son solo algunos ejemplos de las curiosidades que vuelven tan fascinantes a los viajes.
Seguro te sorprenderá saber que, una de las principales atracciones de la ciudad canadiense de Vancouver, se encuentra en el Capilano Suspensión Bridge Park. Allí los árboles de abeto se entreveran por medio de varios puentes colgantes que pueden alcanzar los 30 metros de altura. Es una atracción tan bella como desafiante para quienes padecen de vértigo a las alturas.
Menos espectacular pero mucho más misterioso, es el caso de las arenas cantarinas de la Isla de Egg. En esta ínsula, una de las hibridas interiores ubicadas en las costas occidentales de Escocia, la arena y susurra y chilla continuamente. Conforme los turistas avanzan en la playa se escucha un enigmático “huhuhu”.
Y si de islas se trata, unas muy interesantes están en Hawái. Se trata de la única entidad estadounidense que no se encuentra integrada al Continente de América. El territorio hawaiano está conformado por un archipiélago de islas polinesias, ubicadas en el Océano Pacífico norte. Hawái es interesante como destino para el surf, el descanso y la exploración geológica, por los impresionantes volcanes con los que cuenta.
La notable geografía de Hawái, se equipara en lo inusual, con el ambiente del Lago Paterswoldse Meer, en los Países Bajos. Este lago se congela por completo por las bajas temperaturas de la región y esto permite que muchos visitantes puedan patinar en él.
No menos impresionante por su belleza natural, es la llamada Catedral del Mármol en Chile. Se localiza en la región de Aisén, conocida también como la Patagonia. Las Cuevas de Mármol del Lago General Carrera, surgidas a través de miles de años de erosión del viento y el agua, han hecho aparecer un extraordinario espectáculo para los turistas. Las cuevas de mármol cautivan a los turistas con sus tonalidades, rosas, blancas, grisáceas, turquesas, verdes y azules.
Pero si es asombroso este “templo” natural chileno, en México puede hallarse otro templo sorprendente por estar dedicado a unos insectos: Los jumiles. Estos últimos fueron muy venerados por los aztecas por su capacidad nutricional. De hecho, los jumiles aún son parte importante de la dieta cotidiana de varios pueblos de México. En las proximidades de la ciudad de Taxco, en el estado de Guerrero, se levanta el Cerro del Huixteco. Allí precisamente se encuentra un templo dedicado a los insectos jumiles.