Si hay una figura de la historia antigua de México que pudo haber cambiado por completo la historia de Mesoamérica, en el período de la Conquista Española, ese fue Cuitláhuac, uno de los últimos y más aguerridos caudillos mexicas.
Al ser hijo del tlatoani Axayácatl y por ende hermano de Moctezuma Xocoyotzin, Cuitláhuac tuvo que afrontar la traumática llegada a México de las fuerzas de Cortés. La denominación honorífica de Cuitláhuac es Cuitlahuatzin (dado que la terminación “tzin” se utilizaba para referirse a un “don” a un “señor”). Ya en junio de 1520, de acuerdo a las antiguas crónicas, Cuitláhuac se encontraba cautivo por órdenes de Cortés. El príncipe azteca había organizado una revuelta en contra de los españoles. Todo sucedió cuando Cortés había regresado de vencer en Zempoala a Pánfilo de Narváez. El líder de los conquistadores hispanos halló en los habitantes de Tenochtitlán se habían revelado a causa de la matanza que había ordenado Pedro de Alvarado en el Templo Mayor.
Cortés obligó a Moctezuma Xocoyotzin, el entonces emperador, a que levantara de nuevo el mercado y lograra que los aztecas se tranquilizaran. Fue entonces que Cortés decidió liberar a Cuitláhuac para que ayudara a tal propósito. Pero Cuitláhuac, al quedar en libertad, organizó una revuelta tan feroz que los españoles tuvieron miedo de perecer. Desesperado, Cortés ordenó a Moctezuma que subiera a lo más alto de su palacio para que calmara a la multitud. No obstante, el pueblo, furioso, le arrojó una piedra que le ocasionó la muerte dos días después. En aquel entonces Cuitláhuac tenía aproximadamente cuarenta y cuatro años y estaba reconocido como el mejor Tlacochcálcatl, el comandante supremo de los ejércitos aztecas.
Una vez que Moctezuma falleció, los sacerdotes y nobles aztecas declararon a Cuitláhuac como el nuevo emperador o tlatoani. De inmediato el gran héroe azteca desarrolló una intensa actividad para preparar a sus huestes y establecer alianzas con otros pueblos del México Antiguo, con el objetivo de terminar con Hernán Cortés y los demás invasores.
Cuitláhuac fue el orquestador de los combates que le ocasionaron a Cortes la derrota más dolorosa en su conquista de México, la llamada de la Noche Triste, el 30 de junio de 1520. En los homenajes de la coronación de Cuitláhuac fueron sacrificados varios españoles e indígenas aliados que habían sido hechos prisioneros por los caballeros águila y los caballeros tigre de los aztecas. Cortés acompañado de la Malinche, devastado por la derrota sufrida por las fuerzas de Cuitláhuac, lloró agachado en su árbol ahuehuete cuyos restos aún se conservan.
Sin embargo el reinado de Cuitláhuac solo duró 80 días y falleció a unas cuantas semanas de conseguir la victoria total sobre los españoles. La causa de su muerte fue la viruela, enfermedad desconocida por los mexicas y traída por la expedición española de Pánfilo de Narváez.