Vamos a comentar acerca de un destacado sitio en el estado de Puebla, en donde se fabrican las mejores espuelas del país. El nombre “Amozoc” quiere decir, en náhuatl, “lugar donde no hay lodo”. Actualmente es una ciudad en vías de desarrollo, sin renunciar para nada a sus tradiciones y costumbres, como por ejemplo, la utilización del traje de charro, en el caso de los varones y el traje de china poblana, para las mujeres.
Amozoc se localiza a 18 kilómetros de la capital del estado y lleva en su nombre el añadido de “Mota”, porque en 1546 vio la luz por vez primera, en este pueblo, el obispo Alonso de la Mota y Escobar.
Esta comunidad poblana es célebre principalmente, por el talento y la creatividad de sus artesanos, quienes han desarrollado una verdadera escuela en la creación de espuelas, así como también, de figuras de cerámica, principalmente en miniatura, una tradición cuyas raíces se extienden hasta los días prehispánicos. Esto último se ha hecho patente en diversas piezas arqueológicas halladas en los alrededores de Amozoc, y que datan, principalmente, del periodo posclásico.
Numerosos damasquineros- es decir, maestros en la realización de incrustaciones de metales preciosos-, así como también, muchos herreros, llegaron a Amozoc desde las postrimerías del siglo XVI. Esto generó toda una tradición en la elaboración de dagas, machetes, estribos, bocallaves y las muy admiradas espuelas, elaboradas en acero y plata, con adornos de oro, marfil, hueso, concha nácar y otros bellos materiales.
La meticulosidad y el virtuosismo de los árabes que arribaron a Toledo, también se manifestaron en Amozoc, por efecto de la mezcla de culturas. De tal suerte que, hasta la fecha, se preserva esta práctica y sobresalen las creaciones en plata, además de llaveros, joyería, figuras trabajadas en hierro, acero inoxidable y creaciones de alfarería. Mención aparte merecen las bellas figuras en miniatura para los nacimientos navideños.
Qué visitar en Amozoc
De entre los atractivos turísticos de Amozoc, destaca el Ex Convento de San Francisco de Asís, reconocido como patrimonio histórico. Data del periodo entre 1569 y 1585 y fue secularizado en 1740. Una de las naves de este complejo conventual, fue objeto de una remodelación en el siglo XVIII, aun cuando todavía quedan restos originales del portal, la capilla abierta y del aljibe que se ubica en el lado norte de la iglesia.
No obstante, su proyección original ha quedado opacada, con respecto a las construcciones modernas que han aparecido a su alrededor. A lo largo de la remodelación mencionada, se construyó un claustro rectangular de dos niveles y se conformó un convento de mediano tamaño.
El claustro del Ex Convento de San Francisco de Asís, en Amozoc, exhibe un cierto aire renacentista, en especial por sus galerías con arcadas de medio punto. Los vastos corredores se encuentran cubiertos con una viguería, que tiene como soporte, un ancho baquetón de madera.
Cómo llegar a Amozoc
Esta comunidad del estado de Puebla, entronca con la carretera estatal con rumbo a Teziutlán, es decir, la 129. Desde la capital del estado se puede seguir la autopista de cuota y salir justo en la caseta de cobro de Amozoc.
Información relevante acerca de Amozoc
De entre los platillos típicos de Amozoc, destacan el mole, los tamales de maíz combinados con anís, o bien, los tamales de haba. También sobresalen los tlacoyos, el adobo, la barbacoa, los atoles de distintos sabores y los deliciosos tlaxcales, preparados con cáscara de naranja, canela y azúcar.
Actividades a realizar en Amozoc
Es recomendable visitar otro edificio notable en esta comunidad poblana. Se trata de la Parroquia de la Asunción. Localizada en el centro de Amozoc, se proyecta desde un sitio privilegiado, y es que la devoción a la Virgen, manifestada en este pueblo mexicano, es extraordinaria. La Parroquia de la Asunción fie construida en 1752 y cuenta con un estilo grecorromano, con adornos de oro. Atesora en su interior una bella imagen de Nuestra Señora de la Asunción, quien es reconocida como la patrona de Amozoc. Este edificio sacro tiene dos capillas, una de ellas, dedicada a Nuestra Señora de los Dolores y en donde se puede contemplar una colección de composiciones pictóricas del siglo XVIII; acerca de la vida de la Virgen María y otra más, dedicada a la vida de Jesucristo.