Es un rincón del Estado de México rebosante de tradiciones, referencias históricas y leyendas. El sortilegio de Acolman, se hace patente en su vasta heredad novohispana y en sus coloridas tradiciones. Con tan solo adentrarse un poco en este poblado mexiquense, uno se colma de sus sorprendentes bellezas naturales y culturales.
La grata impresión que produce Acolman, se deriva de maravillas turísticas como el Ex Convento de San Agustín, abundante en detalles arquitectónicos por demás admirables. En este lugar, no se hallarán complicados trazos urbanos, ni colosales plazas o edificios, sino más bien, el atractivo de una forma sencilla y natural, que el propio entorno silvestre le ha otorgado al sitio. Acolman es un destino de obligada visita para todos aquellos que deseen conocer los lugares más interesantes del Estado de México.
Qué visitar en Acolman
El mencionado Templo y Ex Convento de San Agustín, es una verdadera joya del siglo XVI. Sobresale el cuidado que manifiesta en su construcción y sus detalles. Lo construyeron un grupo de monjes agustinos entre los años 1539 y 1560, de acuerdo a un modelo tipo fortaleza, particular del siglo XVI. La fachada de este complejo conventual es una de las obras maestras del estilo plateresco cultivado en nuestro país. Son más que admirables, por ejemplo, sus columnas y ornamentos en el friso y en el arco de la puerta.
El interior del complejo impresiona por lo alto de sus muros y los vestigios de retablos de los siglos XVII y XVIII que se conservan en la nave. Estos trabajos están tallados en madera y estofados en hoja de oro, además de que exhiben adornos de formaciones vegetales, seres divinos y esculturas de querubines. El presbiterio cuenta con pinturas murales en donde se representan a santos y religiosos agustinos.
También interesante es el Museo Colonial de Acolman, localizado en el mismo Ex Convento de San Agustín, en los recintos que antes fueran la portería, la cocina, el refectorio y el anterefectorio. Cuenta con tres salas que nos presentan una exposición temática de la construcción de este complejo conventual, de la vida cotidiana de los monjes que lo habitaron y de la colección de pinturas y objetos sacros que se atesoran allí.
Otro atractivo imperdible en Acolman es la Cruz Atrial, reconocida por los especialistas como una de las creaciones lapidarias mejor realizadas del siglo XVI. Se localiza en las afueras del convento y sobresalen sus brazos, con adornos labrados de flores y plantas y soberbios remates de flamas de roca. Estos detalles representan los atributos de la Pasión con el rostro de un Cristo.
Cómo llegar a Acolman
Desde la Ciudad de México hay que tomar insurgentes con rumbo a Indios Verdes hasta arribar a Ecatepec. Posteriormente se sigue a través de la autopista 132 a Tulancingo- Pirámides, hasta llegar a Acolman.
Información relevante acerca de Acolman
Si se visita Acolman, ya sea para explorarlo o solo de paso, conviene probar algunos de sus platillos típicos más ricos, como es el caso de los mixiotes de carne, el consomé de carnero, la tradicional barbacoa y el mole de guajolote. Como postre, resultan ideales las deliciosas frutas en almibar y para quienes gusten de algo más fuerte, una buena jarra de pulque.
Por otra parte, Acolman es una comunidad famosa por la elaboración de piñatas. Esta es una tradición que se cultiva desde hace más de cuatro siglos. La primera piñata que se elaboró en Acolman, se creó en el Ex Convento de San Agustín. Otras artesanías importantes que se trabajan en este pueblo mexiquense, son por ejemplo, piezas tejidas en canutillo, títeres elaborados con látex y madera, así como también, figuras, de obsidiana, ónix y jade.
Actividades a realizar en Acolman
Otros sitios en Acolman o en sus cercanías, que recomendamos ampliamente conocer son: la Sierra Patlachique, el Parque Ecoturístico Cuevas de la Amistad, la Ex hacienda de San Antonio y el Museo de Tepexpan.
Las fiestas populares más importantes de Acolman se celebran el 6 de enero, el 10 de septiembre, el 29 de septiembre el 12 de diciembre y en el periodo del 16 al 23 de diciembre. Vale la pena visitar esta magnífica población, especialmente en esas fechas, para disfrutar al máximo del folclor y el colorido de Acolman.