En el corazón de un entorno de gran tranquilidad Temascalcingo, en el Estado de México, se levanta en uno de los valles más bellos del norte mexiquense. Es un sitio muy especial, no solo por sus aguas termales y sus temascales, sino además por ser el lugar donde nació el paisajista José María Velasco, uno de los más importantes del siglo XIX.
Temascalcingo es un municipio localizado en la parte noroeste del Estado de México. Al norte colinda con Acambay, al sur con el Oro y Atlacomulco y al oeste con Michoacán y Querétaro. Para llegar a Temascalcingo, desde la Ciudad de México, hay que seguir Avenida Constituyentes hasta el entronque con Paseo de la Reforma. Luego hay que continuar por la carretera 15 con rumbo a Toluca hasta arribar a Acambay. También es posible visitar Temascalcingo desde Atlacomulco.
El nombre del pueblo quiere decir en lengua indígena lugar de los temascales. Y realmente la naturaleza dotó a esta zona del Estado de México con un hermoso manantial de aguas termales, conocido por los lugareños como “El Borbollón”. Pero además, quienes visiten Temascalcingo hallarán espléndidas haciendas, construidas en el siglo XIX, de entre las cuales destaca la Hacienda de Solís, por sus maravillosos paisajes silvestres.
Temascalcingo tiene varias atracciones eco turísticas como es el caso de la Cascada de Pastores, el manantial de aguas termales llamado El Borbollón y las pinturas Rupestres que se encuentran en Shido.
También son interesantes los Cerros que se ubican alrededor de la cabecera municipal, mismos que abarcan una fracción del santuario de la mariposa monarca.
Vale la pena destacar al Centro Cultural José María Velasco, lugar enfocado a la exposición de los trabajos del paisajista mexicano, admirado en el mundo entero. La colección de este recinto incluye dibujos y bocetos que realizó Velasco con temáticas de biología y de botánica, así como también bellos paisajes y retratos, definidos por su especial sensibilidad y gran calidad. De igual manera recomendamos el Parque Natural José María Velasco. Fue llamado así también en honor del artista mexicano que consiguió inmortalizar en sus pinturas el Valle de México, tal y como era en las postrimerías del siglo XIX y los comienzos del XX. Este bello parque se encuentra justamente a la entrada de Temascalcingo. Cuenta con mesas, quioscos, asadores, juegos infantiles y una diminuta piscina.
Por lo que se refiere a la gastronomía local aconsejamos saborear antojitos como los elotes, el pinole, los tamales, el atole-entre las distintas variedades de esta bebida típica de la región conocida como sende choo. También son deliciosos el pollo en chirrión con chile cascabel, los charales con nopalitos en salsa verde, el mole de olla y la barbacoa de borrego.