Uno de los pueblos de Veracruz con mayores posibilidades turísticas es Tamiahua, la llamada “capital de la gula”, ubicada en el norte de esta entidad mexicana. Transitando por la costa desde Tuxpan, aparece una carretera angosta que conduce directamente a esta comunidad pesquera de Veracruz. Es un pueblo localizado en las orillas de una gran laguna, integrada a varios canales, esteros y barras. Dicho cuerpo de agua es el tercero en su tipo más grande de México, con sus 85 metros de largo por 18 de ancho. Para llegar a Tamiahua se debe transitar 170 kilómetros a través de la carretera número 127 hasta el entronque con un estrecho camino de unos 40 kilómetros que nos lleva hasta la laguna de Tamiahua.
Este pueblo de Veracruz nos ofrece un increíble ámbito submarino, recomendable para la cría de ostión y camarón. Estos últimos elementos, son frecuentes ingredientes de las creaciones gastronómicas, típicas de la región. No pueden faltar también las jaibas y las almejas, en platillos de suculento sabor. Difícil resistirse al huatepe de camarón, los camarones enchipotlados o los ostiones a la pimienta, los cuales integran solo algunos de los platillos que pueden comerse en Tamiahua. Es de hacer notar la eficiente infraestructura hotelera y restaurantera de esta parte de Veracruz.
No lejos de aquí tenemos a Poza Rica, una ciudad con un notable dinamismo comercial y también industrial.
Se puede arribar a Poza Rica desde Tamiahua, recorriendo tan solo unos 15 kilómetros. No lejos de allí también encontramos dos puntos en donde disfrutar paseos de pesca o almuerzos al aire libre: Villa y Barra de Cazones.
Ahora bien, del embarcadero de esta comunidad parten lanchas que ofrecen tours por entre las barras y esteros de las cercanías, como por ejemplo, Barra de Corazones, que se conecta con el mar, o también las islas de Pájaros, El Toro y El Ídolo. Algunas de estas ínsulas solo pueden ser visitadas con un permiso oficial.
La Laguna de Tamiahua, que se encuentra separada de las aguas del Golfo de México apenas por una barrera natural, tiene la apariencia de un arco cuya zona más oriental está delimitada por el Cabo Rojo. Allí sus playas inician con una barra de gran tamaño que se va ensanchando conforme se desciende de norte a sur, para darle forma a la isla de Juan A. Ramírez.
Allende el Cabo Rojo se encuentra otra isla que por hallarse más distanciada no puede ser visitada en tan solo un día, ya que llegar hasta esta zona requiere de más de un día de traslado y además llevando una considerable cantidad de provisiones. Pero tras haber arribado a este punto, nos hallamos con un lugar magnífico para el buceo: la Isla Lobos.