Hay sitios que se han hecho célebres por la manera en la que se refieren a ellos, en famosas obras literarias. Quienes los visitan, tienen una increíble vivencia, puesto que además de gozar de sus atractivos particulares desde un enfoque turístico, tienen la oportunidad de pisar los escenarios de sus cuentos y novelas predilectos. Se trata de una experiencia única, ya que en muchas ocasiones el lugar que se visita es muy diferente a su referencia literaria y en otras resulta mucho más sugestivo. En el pueblo colimense de Cómala tenemos una muestra de lo anterior de acuerdo a lo que comentaremos.
En la inmortal novela “Pedro Páramo” del escritor mexicano Juan Rulfo, Comala es la misma antesala del Infierno, una especie de limbo siniestro, ruinoso y sombrío, donde ecos y presencias fantasmales deambulan de un lado a otro, penando los pecados que cometieron en vida. Contrasta mucho esta genial visión literaria, con la Comala real, comunidad llena de vida y armonía: por sus apacibles construcciones de techos de teja roja y sus muros blancos, ha sido llamada “el Pueblo Blanco de América”. Es un sitio lleno de luz y amabilidad lugareña donde se pueden degustar ricos platillos típicos y comprar atractivas creaciones artesanales.
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