La capacidad imaginativa de la humanidad a lo largo de la historia se ha manifestado como ilimitada para el caso de crear entidades fantásticas. Seres imaginarios han sido parte esencial de las diferentes culturas que han existido en el planeta. Los egipcios, los griegos, los escandinavos y los indígenas de Mesoamérica, por ejemplo, nos han legado impresionantes criaturas, que hoy se hacen presentes en la literatura, los videojuegos o el cine de nuestro tiempo.
En lo que se refiere a México, buena parte de estos mitos han sido preservados por las tradiciones orales. Muestra de lo anterior las tenemos en las sirenas, princesas del mar, tan sugestivas como despiadadas, las cuales debajo de sus apariencias cautivadoras y frágiles, ocultan verdaderos demonios. En la zona de Metepec, en territorio mexiquense, se relata la leyenda de la Tlanchana. El nombre de este ser fantástico quiere decir “madre del agua”. Relacionado con Tlanchana tenemos a Acihuatl, criatura mitológica “mitad pez y mitad mujer” la cual es descrita como una feroz servidora de Tezcatlipoca.
Otros famosos seres mitológicos de la cultura mexicana son los nahuales, criaturas decididas a realizar numerosas maldades, como por ejemplo hurtar huevos, gallinas y echar a perder las cosechas. Los nahuales además, tienen la capacidad de convertirse en diferentes animales, pero esto solo acontece al anochecer, ya que el hechizo de los nahuales se termina al alba. Teniendo como protector al dios Tezcatlipoca, el origen de los nahuales se remonta a la antigüedad prehispánica.
Entre los mayas de los Altos de Chiapas, tenemos a los chuleles, criaturas que se dedican a proteger a los recién nacidos. Igual de inesperados y misteriosos son los chanes, presencias que moran en las cercanías de los ríos y cometen travesuras como hurtar bellas muchachas y ocultar los utensilios del hogar. En el territorio veracruzano son muy populares los chaneques, duendecillos que habitan en los ríos, lagos, lagunas y pozos. A veces son descritos como jóvenes de gran belleza que cautivan a las doncellas para causar luego su perdición.
Otra de las criaturas mágicas de la mitología mexicana es el ahuizotl, monstruo fantástico que habita en los cuerpos de agua del sur de México. Tiene la apariencia de un perro de color negro y pelaje corto, con manos de simio, orejas largas y puntiagudas y una cola prensil terminada en forma de mano. Una versión voladera de ahuizotl es el atotolín, a veces nombrado como el coyote acuático. Posee un largo cuello, pico afilado y un cuerpo cubierto de plumaje gris. Tiene por tenebroso pasatiempo ahogar a quienes encuentra en las cercanías de lagos y ríos.