Localizado a unos 125 kilómetros de la capital zacatecana, en los límites con el estado de San Luis Potosí, se encuentra esta atractiva comunidad que, durante el periodo de la Nueva España, se constituyó como un relevante bastión minero, vinculado al famoso Camino Real de Tierra Adentro, ruta comercial y económica, declarada por la UNESCO, como Patrimonio de la Humanidad en el año de 2010.
Si bien el nombre de Pinos nos traiga a la mente los árboles frondosos que abundaban hace siglos en aquella zona geográfica del México Virreinal, la imagen típica de este Pueblo Mágico es el de un puñado de chimeneas que parecen emerger de entre las antiguas construcciones novohispanas y de las viejas haciendas en donde se obtenían grandes riquezas mineras, por aquellas décadas posteriores a la conquista.
En la actualidad, Pinos es uno de los llamados Pueblos Mágicos más destacados y se distingue en el mapa turístico de Zacatecas por ofrecernos un grato recorrido por sus varios jardines y plazas. Los visitantes tienen la oportunidad de gozar de la tranquilidad característica del sitio, pasear por sus añejas calles, contemplar nobles edificios de gran valía histórica, de entre los cuales destacan la parroquia de San Matías, la Iglesia de San Francisco, y el Templo de Tlaxcalilla, con su maravillosa capilla y un bello retablo de estilo churrigueresco que adorna el altar mayor.
Qué visitar en Pinos
Si te agradan las artesanías, en las cercanías de Pinos pueden hallarse varios talleres en los cuales se crean los tradicionales jarritos de barro, así como en los antiguos cascos de haciendas, famosas casas productoras de mezcal. De acuerdo con los conocedores, este mezcal es el más rico y de más alta calidad que se produce en el norte de nuestro país.
La plaza principal de Pinos tiene por nombre Jardín Miguel Hidalgo, y justo frente a ella se ubican varios de los monumentos y edificios más famosos de la población, como es el caso del Palacio Municipal o la torre del reloj público.
También es imperdible la Parroquia de San Matías, edificada entre los siglos XVII y XVIII. Es una construcción que, aunque se encuentra un poco deteriorada, tiene una portada barroca elaborada con cantera de grandes méritos estéticos. De igual manera es indispensable de conocer el Jardín San Francisco, el cual cuenta con una iglesia dedicada a este santo, cuya fachada, si bien es sobria en exceso, cuenta con un admirable retablo estilo churrigueresco.
Cómo llegar a Pinos
Para visitar Pinos utilizando una vía aérea, lo mejor es llegar en avión a la ciudad de Zacatecas, para luego continuar por carretera hasta llegar al oriente del estado, donde se ubica justamente este mágico pueblo. Pinos se encuentra al noroeste de la ciudad de Zacatecas, a unos 125 kilómetros de recorrido, siguiendo la carretera estatal número 51.
Información relevante acerca de Pinos
La fundación de Pinos se dio en 1594 bajo el nombre de “Real de Nuestra Señora de Sierra de Pinos”. Esto aconteció poco después de que el capitán mestizo Miguel Caldera, advirtiera una provechosa ocasión para explotar los ricos suelos del lugar. Fue así que pronto el vasto paisaje de esta parte de Zacatecas, se vio transformado por la aparición de numerosas haciendas de beneficio, las cuales actualmente se encuentran en ruinas.
En el Pueblo Mágico de Pinos son célebres sus jarritos y demás artesanías elaboradas en barro, las cuales son igual de recomendables para fines prácticos o decorativos. De igual manera Pinos destaca por los deliciosos mezcales que allí se preparan, especialmente en varias de las haciendas de los alrededores.
Actividades a realizar en Pinos
Les aconsejamos visitar, como parte de un viaje a Pinos, la Hacienda La Pendencia, misma que se levanta a unos 21 kilómetros del lugar que les comentamos. Esta construcción del siglo XVII en sus orígenes era un importante centro ganadero y agrícola, pero con el paso del tiempo se consolidó como un relevante productor de mezcal. Allí, las piñas de agave son cocidas al vapor a presión en grandes hornos de piedra, para luego ser trituradas en grandes tahonas tiradas por un tractor. De este modo le dan vida a esta deliciosa bebida, una de las más famosas de la gastronomía mexicana.