Mucha gente acostumbra alojarse en los hoteles boutique, considerando que allí tendrán una experiencia de atención personalizada, estilo, buen gusto y sobre todo lujo pleno. Sin embargo, aunque este último punto es parte esencial de la oferta de hospedaje que manejan tales negocios, la verdad es que no debe confundirse con lo que nos brindan otras alternativas de alojamiento, como es el caso de los hoteles de categoría especial. En los hoteles pertenecientes a las cadenas hoteleras más importantes del mundo, por lo general en los más prestigiosos, se procura que los visitantes experimenten un lujo ilimitado y justo en ello basan sus servicios para con los viajeros.
Ese no es el caso de los hoteles boutique, puesto que el lujo de sus instalaciones de maneja de una manera ostensiblemente distinta ¿En qué consiste tal diferencia? ¿Cuál es la utilización del lujo que se hace en los hoteles boutique? Justo eso es lo que comentaremos en lo que sigue.
Pero antes, es necesario esclarecer que se entiende por lujo, es decir, ¿cuándo se puede decir que un algo es lujoso y qué se quiere expresar con ello? En realidad, de acuerdo a su historia, la noción de lujo siempre ha estado asociada a lo que tiene estilo, a lo suntuoso y lo que aspira siempre a la excelencia, entre otras varias acepciones.
Si nos atenemos a estas tres claves mencionadas, nos daremos cuenta que los hoteles boutique, de acuerdo a sus características esenciales, procuran solventar tales aspectos en su propuesta general de alojamiento. Procuran proyectarse como opciones de hospedaje con estilo, siempre grato y satisfactorio para los visitantes; tienden a lo suntuoso pero como una vía de hacer que sus clientes se sientan únicos y valiosos y por último quizás lo más importante: tienden en todo momento a alcanzar los máximos niveles de excelencia.
Pero así también, el lujo que manejan lospuede comprenderse de acuerdo a la lectura que se hace de este concepto, como algo exclusivo, una vivencia que nos hace pertenecer a un cierto grupo selecto de personas, con la capacidad de obsequiarse un placer inmediato y por demás intenso para los sentidos. Más allá de cualquier fatuidad o superficialidad, el lujo que manejan los hoteles boutique, se orienta más hacia una cualidad interna: la posibilidad de que los visitantes experimenten una nueva dimensión hotelera, plena de bienestar y comodidad.