El vino comenzó a fabricarse en México desde que, los religiosos españoles, en sus tentativas evangelizadoras, cultivaron la planta de la vid y se dedicaron a la producción del fermento.
Las haciendas más importantes dedicadas al giro vitivinícola, aparecieron en Santa María de las Parras, en Coahuila, hace más de cuatro siglos. Los dueños de El Rosario y otras muchas haciendas, los marqueses de Aguayo, se perfilaron como los latifundistas más poderosos del continente y sus vinos los primeros que se produjeron en nuestro país. El Rosario y San Lorenzo, desde el siglo XIX, pasaron a ser propiedad de Evaristo Madero, abuelo de Francisco I. Madero, por lo cual, una parte esencial de la historia de nuestro México se encuentra relacionado con las vides que crecen en las haciendas vitivinícolas mexicanas.
Una importante hacienda vitivinícola es la Hacienda San Lorenzo (Casa Madero), en Parras de la Fuente, Monterrey. Cuenta con 430 hectáreas de viñedos y está considerado como el segundo viñedo más grande de nuestro país, solo detrás de L.A. Cetto, localizado en el Valle de Guadalupe, en Baja California. La famosas fiestas de la vendimia, es decir, la cosecha de la vid, tienen lugar el 9 y 10 de agosto, y las puertas de se abren para todo el público.
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