En 1937 aconteció un desastre en el pueblo michoacano de Tlalpujahua, ya que un alud de desechos provenientes de una mina localizada en las inmediaciones del pueblo, al desmoronarse, sepultó los barrios de La Cuadrilla y El Carmen. Este acontecimiento además, devastó por completo la mina de Las Dos Estrellas.
El mejor momento de Tlalpujahua se vivió en el periodo comprendido entre 1920 y 1930. Fue un tiempo marcado por los trabajos de la compañía minera francesa Las Dos Estrellas, que comenzó sus operaciones en 1898 y las vio interrumpidas definitivamente en la fecha mencionada. Como una manera de indemnizar a los trabajadores, la compañía francesa les cedió la propiedad de la mina y a partir de 1939, ellos reiniciaron su explotación a manera de cooperativa. Y si bien estos afanes tuvieron algunos resultados positivos, dicha mina cerró finalmente en 1959, por los grandes adeudos que tenía.
El auge que tuvo Tlalpujahua, por sus vetas de plata y oro, se hace patente hoy en día, en su admirable arquitectura, misma que, combinada con el verde característico de su entorno, nos brinda una grata ventana para asomarnos a su pasado de minería y riqueza histórica.
Es interesante saber que, el nombre de Las Dos Estrellas de la firma francesa antes mencionada, se deriva de las dos vetas principales que existían en el lugar, una de oro y otra de plata. Además, en aquel entonces a las mujeres se les prohibía ingresar a las minas y en Tlalpujahua no era la excepción, puesto que se creía que era de mala suerte su presencia en tales instalaciones subterráneas. También sorprende saber que, en su mejor momento, la mina de Tlalpujahua llegó a ser la fuente de extracción de oro más significativa del planeta.
Algunos de los atractivos turísticos principales de Tlalpujahua– y que lo hacen sumamente recomendable, en el marco de un viaje al estado de Michoacán-, son: el Museo Hermanos López Rayón, dedicado a exponer lo más importante en la historia del pueblo; el Museo Mina de las Dos Estrellas, en el cual los visitantes pueden observar antiguas maquinarias, documentos y minerales, en lo que fueran las instalaciones de la célebre compañía minera; las Ruinas del Antiguo Santuario de Nuestra Señora del Carmen, vestigios que dan cuenta de la catástrofe de 1937 y que cambió por completo el destino del pueblo. Por último, también es aconsejable visitar el Santuario de Nuestra Señora del Carmen, verdadera joya del barroco michoacano.