De acuerdo a una investigación psicológica llevada a cabo en fechas recientes, en Inglaterra, uno de cada cuatro individuos padecen del mal conocido como aerofobia, es decir, el miedo a volar, el temor a los aviones y a viajar por aire. Se trata de un problema que ha impedido a mucha gente de disfrutar de unas magníficas vacaciones en el Caribe, o bien, de acudir a algún gran festival cultural en el continente europeo, por ejemplo. Y es que el problema de la aerofobia se encuentra estrechamente relacionado con otra clase de fobias, como es el caso de la claustrofobia- el temor a los espacios cerrados- y la acrofobia- temor que despiertan las alturas-.
Los especialistas han hallado que una cierta combinación entre terapias de tipo cognitivo y otras más relacionadas con el comportamiento, consiguen curar definitivamente el miedo a volar. Lo malo de ello, es que esta solución no parece estar al alcance de todos los viajeros, especialmente los de Latinoamérica, puesto que se encuentran a un largo vuelo de donde pueden someterse a estas terapias.
No obstante existe una serie de consejos que pueden seguirse, para efectos de mitigar el miedo de viajar en avión. Son estrategias para quitarse esta molesta parálisis que se apodera de nuestra mente y nuestro cuerpo. Una sugerencia es llevar un cuaderno para ir anotando los pensamientos que nos vayan surgiendo en el marco del vuelo; también se puede leer revistas de temas ligeros, de esas que entretienen mucho y que se colocan en los respaldos de los asientos delanteros.
También es aconsejable leer un buen libro acerca del miedo a volar y como quitarse esta ansiedad. Comprender mejor cómo se da el problema, es una vía para irse librando paulatinamente de esta grave fobia. De igual manera, aconsejamos visualizarse a uno mismo abordando un avión y siguiendo todas las etapas relacionadas, desde colocarse en el asiento, hasta el momento de abrocharse el cinturón. Luego la nave elevándose y aterrizando finalmente en nuestro destino de viaje sin problema alguno.
Lo anterior es una estrategia provechosa para relajarnos y prepararnos para el vuelo real. Si en cierto momento se perciben emociones negativas, hay que detenerse y comenzar a respirar pausadamente. Por último, para fobias a una intensidad más extrema, algunos médicos aconsejan tomar sencilla medicación. Nuestro doctor de cabecera puede recetarnos algún medicamento para la ansiedad o para relajarnos más fácilmente.