En los últimos años, el turismo de aventura ha ganado mayor popularidad debido a que se diferencia de los convencionales recorridos de sol y playa. Este tipo de turismo permite al usuario desafiar sus capacidades físicas en ambientes naturales como la tierra, el agua y aire porque se desarrolla en estos espacios.
Las personas buscan en el turismo de aventura una oportunidad para explorar la naturaleza, sin embargo, inevitablemente deben prepararse tanto física como psicológicamente. Primero, el usuario debe informarse y elegir bien el deporte que desea practicar ya que no todas las actividades de aventura tienen el mismo grado de dificultad. Estos se pueden clasificar en tres tipos según el lugar donde se practique: actividades terrestres, acuáticas y aéreas.
En las actividades acuáticas como el rafting y el kayak es importante fortalecer el torso superior del cuerpo, ya que la mayoría de fuerza se concentra en él. Este tipo de deportes requieren de bíceps y tríceps fortalecidos, por lo cual es imprescindible que esta zona esté desarrollada y tonificada.
Para cumplir con este requisito físico se debe establecer rutinas de entrenamiento que involucre máquinas de poleas, las cuales permiten ejercitar los brazos con altas cargas y fortalecer la musculatura. Asimismo, las máquinas paralelas son efectivas para trabajar los tríceps. Por otra parte, el uso de mancuernas estimula la coordinación de los brazos, un aspecto fundamental para deportes grupales como los que hemos mencionado.
En las actividades terrestres como el senderismo se necesita un entrenamiento con meses de antelación, porque está diseñada para personas de resistencia promedio. El entrenamiento debe centrarse en ejercicios cardiovasculares para el fortalecimiento del corazón y mejorar la circulación sanguínea, así como la respiración y tonificación de los músculos inferiores.
El ejercicio continuado se puede desarrollar mediante las cintas de correr, elípticas y bicicletas estáticas, los cuales se destacan por ser aparatos que permiten quemar mayor calorías, por lo tanto, también perderás peso y te mantendrás en forma.
Asimismo, en las actividades áreas como el parapente, el entrenamiento se centra en la parte inferior del cuerpo, porque para acelerar debes empujar una barra de velocidad con las piernas, pero además también necesitarás de fuerza en el cuello porque volar requiere mucho peso sobre él. Sin embargo, más que una preparación física requiere una planificación mental, es decir, no puedes entrar en pánico fácilmente.
México, es un país donde la naturaleza dispone extraordinarios lugares para los aficionados del turismo de aventura por aire, aguas y tierra. Hay infinidad de paredes naturales para escalar, rutas para caminar, en bicicleta, caballo, ríos, entre otros, por ello a continuación dejamos algunas recomendaciones para visitar.
Sótano de Las Golondrinas, San Luis Potosí: es una cima de más de 500 metros de profundidad y el favorito de los fieles al rapel. Está localizada en el municipio huasteco de Aquismón, situado a 305 km al sureste de San Luis Potosí. Esta caverna tiene una entrada de 60 metros en la superficie y se va ensanchando a medida que desciende, alcanzando un área de más de 12000 m2 en el suelo.
Barrancas del Cobre, Chihuahua: estas barranca ofrecen la posibilidad de practicar distintas actividades de aventura, como senderismo, cabalgatas, escalada, rapel, ciclismo de montaña, cañonismo y descenso de ríos. Además, también tiene comunidades tarahumaras, ancestrales habitantes de la sierra, con grandes riquezas culturales.
Jalcomulco, Veracruz: el rafting es un deporte que genera un viaje a toda velocidad por las zonas rápidas de los ríos y sus seguidores disfrutan de la adrenalina que hay en él. En el río La Antigua se puede practicar esta actividad que desciende con variaciones en su nivel de impetuosidad, creando distintos grados de dificultad para el rafting.