En lo que sigue vamos a comentar la manera de llegar a uno de los destinos turísticos con mayor encanto en el estado de Nayarit. Se trata de Sayulita, una comunidad costera con muchos atractivos capaces de cautivar al más exigente de los viajeros. Además de poseer playas maravillosas y espléndidas opciones gastronómicas, la vida nocturna de Sayulita está llena de vida, especialmente alrededor de la plaza o en el bar Don Pato. En las vacaciones se organizan conciertos de música de banda en la playa o también, cerca del río. En las noches sabatinas hay discotecas que funcionan en el campo de béisbol y los domingos se llevan a cabo rodeos en corrales con toros, en donde osados jinetes se juegan la vida montando furiosos bureles.
Cuando uno llega a Sayulita, es fácil sorprenderse de que alguna vez, esta comunidad tan dinámica en su propuesta turística, hasta bien entrado el siglo XX, no era más que una sencilla comunidad de recolectores de cocos, con solo algunas casas de techo de palma y alumbradas con rústicas lámparas conocidas como cachimbas de petróleo, las cuales se construían con latón.
En la actualidad todo ello ha cambiado y Sayulita recibe con entusiasmo a visitantes nacionales e internacionales, para cautivarlos con sus muchas atracciones naturales y culturales. Sayulita se encuentra al sur de la costa de Nayarit, en la zona de Bahía de Banderas, un hermoso paraíso definido por el vasto mar, acantilados impresionantes, esteros, ríos y lagunas y una exuberante vida acuática. Por todo ello es uno de los rincones imperdibles del territorio nayarita.
Para arribar a Sayulita, es preciso tomar la carretera federal 200 Tepic-Vallarta y aproximadamente al legar al kilómetro 125, tomar el desvío que conduce a la población que les aconsejamos, a través de una carretera pavimentada de unos 3 kilómetros. Para quienes recorren las costas nayaritas, es indispensable que viajen a Sayulita, una playa de ambiente paradisíaco que hará las delicias, tanto de los turistas en busca de descanso, como de los que quieren divertirse al máximo.
Desde las colinas cercanas se obtiene una estupenda panorámica de la comunidad de Sayulita y de sus cercanías. Es un entorno de playas de ensueño, románticos atardeceres, rumores silvestres en lo más profundo de la selva y lugareños que vuelven a sus hogares con los últimos rayos del sol, una vez que han cumplido con su trabajo cotidiano.