La fundación de Chetumal aconteció en 1898 y por ende es una de las ciudades más jóvenes de México. También a finales del siglo XIX fue cuando se firmó el tratado que estableció al río Hondo, como la frontera entre nuestro país y Belice. La juventud de esta región, empero, no le resta atractivo de cara al turismo, sino que, en todo caso, le aumenta el encanto de lo virgen y lo abierto al descubrimiento. Los viajeros encontrarán en Chetumal el hechizo de una pequeña pero interesante ciudad, con más fascinantes rincones de los que uno supondría en primera instancia. Conozcamos algunos de los mayores atractivos de la ciudad de Chetumal.
Localizada en la bahía homónima, Chetumal se levanta a solo unos metros de la desembocadura del mencionado río Hondo. Cuando fue fundada por el militar Othón Pompeyo Blanco, esta ciudad quintanarroense recibió el nombre de Payo Obispo y su cometido era servir como sitio aduanero y base naval para contener la rebelión maya en la Península de Yucatán. Fue en 1936 cuando la ciudad recibió su actual nombre y paulatinamente fue adquiriendo una renovada proyección política y cultural. Con sus más de 200,000 habitantes y los más completos servicios de las grandes capitales de la república mexicana, actualmente Chetumal se constituye en la puerta de entrada al turismo en el sur del país.
Algunos sitios imperdibles para quien visita Chetumal son el Boulevard Bahía, la Maqueta de Payo Obispo, la Explanada de la Bandera, el Parque Renacimiento, el Museo de Chetumal y el Museo de la Cultura Maya. El Boulevard Bahía es una enorme arteria vial que se despliega junto al mar, como una bella avenida costera. Cuenta con un admirable corredor escultórico con piezas de notables artistas como José Luis Cuevas y Helen Escobedo; la Maqueta de Payo Obispo, por su parte, se localiza en una pequeña construcción frente al Palacio Legislativo y nos exhibe una representación a escala de la ciudad de Chetumal en la década de 1930; cerca de la atracción anterior, se ubica la Explanada de la Bandera, que cuenta también con un admirable obelisco, con un reloj en cada una de sus caras; el Parque Renacimiento, muy próximo al Palacio de Justicia, es una pequeña plazoleta con jardineras y bancas. Luce un conjunto escultórico alusivo al paso del huracán Janet y a la esforzada reconstrucción de la ciudad, que esta catástrofe implicó.