Desde San Juan del Río a Amealco, en el estado de Querétaro, se perfila una ruta que, en los días del virreinato, era de paso obligatorio para los cargamentos de plata y productos diversos. El oropel y prosperidad de esta época, se manifiesta en las vistosas haciendas que aparecen esparcidas en la ruta hasta llegar a Amealco. Este trayecto comercial era conocido como el Camino Real de Tierra Adentro. La comunidad de San Juan del Río, participó de estos años de riqueza y muchas de las haciendas que aún conserva nos lo dejan comprobar.
Para quien quiera conocer de cerca estas notables haciendas recomendamos partir de San Juan del Río rumbo a Amealco, aprovechando su proximidad con Tequisquiapan, uno de los destinos turísticos más gustados de Querétaro. En lo que sigue mencionaremos algunas de las haciendas queretanas más notables.
Ex hacienda la Venta Querétaro
Esta es una hacienda que se edificó hace más de cuatro siglos, para dar alojamiento a los comerciantes y viajeros e incluso su nombre así lo hace patente. Luego, años más tarde, fue utilizada como una suerte de aduana y como bodega de mercaderías. Hoy se usa como un establecimiento de hospedaje de gran calidad.
Ex hacienda La Llave Querétaro
Esta es otra estupenda construcción histórica cuyos orígenes nos llevan a los tiempos coloniales. Su primero propietario fue Juan Jaramillo, un soldado que sirvió a Hernán Cortés durante la Conquista. En la actualidad la Ex hacienda La Llave es la sede del Séptimo Regimiento Mecanizado Militar, aunque la construcción se encuentra abierta al público. Vale la pena visitarla para apreciar la combinación de estilos arquitectónicos que ostenta: art nouveau, neoclásico y otras formas francesas que en su momento eran la moda prevaleciente. Esta construcción también sobresale por su vasta fachada de cantera con altos torreones y sus grandes jardines, que la tornan similar al famoso palacio de Versalles.
Ex hacienda Galindo y La Muralla Querétaro
Estas dos son otras haciendas de enorme interés turístico por la antigüedad de su construcción, su acervo de anécdotas históricas y la belleza de su proyección arquitectónica. Además, conocer estas ex haciendas nos da la oportunidad de visitar el encantador pueblo de Amealco de Bonfil, rebosante de planicies verdes y preciosos cuerpos de agua, que harán dichosos a los aficionados a los bellos paisajes. Quien desee pasar un tiempo de tranquilidad y esparcimiento, en Amealco encontrará la ocasión propicia, por ejemplo, a través de un día de campo o explorando sus numerosos bosques.
Más información en: http://www.haciendasmexico.mx/