Entretenimiento, arquitectura e historia se combinan para disfrute de los visitantes esta población del estado de Jalisco. Es Tuxcueca, un mágico y pintoresco lugar. Los tesoros arquitectónicos del sitio están representados por el Templo de San Bartolomé Apóstol, con su altar de enorme valía estética; la Capilla de Nuestra Señora de Guadalupe, edificada en 1900 y la Escuela Normal, de la cual, son destacadas sus bellas fachadas.
Pero además, en el pueblo de Tuxcuecua no hay que perderse Piedra Labrada, un área con antiguos jeroglíficos, entre las rocas del lugar; la Barranca de los Monos, en donde también se pueden observar pinturas rupestres, etc.
Tuxcuecua es un lugar magnífico para ir de compras y así, conseguir sombreros de palma bellamente trabajados y bordados de manta de excelente manufactura.
Por lo que se refiere a los atractivos gastronómicos del pueblo jalisciense de Tuxcueca, les aconsejamos saborear el pescado zarandeado, platillo llegado desde San Luis Zoyatlán.
Para gozar con la familia, los alrededores de Tuxcueca también son generosos en parajes muy interesantes, como por ejemplo la Presa La Cañada, el Malecón, el Arroyo de las Carretas y el Llano de las Tortugas.