La amalgama de culturas en Oaxaca ha dado origen a muchas de sus tradiciones, una de ellas surgida en el siglo XIX es “La Noche de Rábanos”, una fiesta tan especial que no hay otra tradición decembrina más representativa de la Ciudad de Oaxaca.
Se trata de una celebración popular centenaria y como toda gran tradición se ha nutrido de nuevas expresiones al paso del tiempo. En la actualidad además de la exhibición de figuras con rábanos se pueden observar coloridas creaciones hechas con flores y con hojas de maíz.
Según se sabe la primera exposición de figuras de rábanos se realizó en la Plaza de las Armas por los hortelanos de Trinidad de las Huertas. Éstos creaban figuras decorativas para la venta de sus hortalizas, pero gracias a su talento y lo atractivo de las creaciones pasó de ser una sencilla decoración a una muestra artesanal de Navidad.
La Noche de Rábanos se celebra un día previo a la Nochebuena, pero no es propiamente una fiesta de la natividad, es más bien una fiesta de las tradiciones oaxaqueñas, los temas que inspiran a los artesanos son tan diversos como las tradiciones y costumbres de todas las regiones del estado.
El gobierno municipal incentiva esta tradición mediante un concurso que premia los mejores trabajos en cada categoría, incluso, promueve nuevas expresiones a través de la participación de trabajos que apliquen la técnica con rábanos en piezas de estilo contemporáneo.
La exposición se instala en el zócalo de la capital oaxaqueña, por la tarde los jueces del concurso y los visitantes puedan admirar escenas creadas con rábanos, hojas, hortalizas, flor inmortal y hojas de maíz que recrean bellos altares, nacimientos, fiestas populares o figuras prehispánicas, entre muchas otras creaciones.
Por la noche se hace la premiación de los trabajos en el Zócalo y se celebra una colorida fiesta con juegos pirotécnicos, por las calles se hacen recorridos con grandes figuras que asemejan darle vida a los rábanos acompañados de música regional, sin duda es una emotiva fiesta que nos brinda cada año esta tierra de magníficos artesanos.
Como en gran parte de México, las posadas son la tradición más común de esta época decembrina. En algunos templos y vecindarios de la ciudad de Oaxaca la celebración aún mantiene su esencia cristina, por lo que es posible observar la procesión de peregrinos con velitas y cantos de posadas, sin faltar al término las tradicionales piñatas.
Es posible que en algunos barrios se celebren también la “Calendas”, en las que los padrinos del Niño Dios lo reciben en su casa antes de la Navidad y lo devuelven al templo el día 24 de diciembre. En el regreso los padrinos se acompañan por José, María, los pastores y los fieles que siguen el recorrido celebrando con cohetes, luces, silbatos y banda de viento.
El encanto de la Ciudad de Oaxaca y la calidez de los oaxaqueños son la garantía de unas disfrutables fiestas decembrinas.
Fotografía: Noche de rábanos 2012. www.viveoaxaca.org