“Tianguistengo”, tal y como sucede con los nombres de buena parte de los municipios y localidades de la zona serrana de Hidalgo, deriva del idioma náhuatl. En sus raíces etimológicas, “Tianguistengo”, refiere a “A orillas del mercado”. Con el arribo de los misioneros agustinos, al lugar se le denominó como Santa Ana Tianguistengo.
Los viajeros que gustan de recorrer los sitios más pintorescos del estado de Hidalgo, deben de incluir forzosamente a Tianguistengo, por tratarse de una comunidad llena de encanto.
Hay un lugar muy lindo para descansar en Tianguistengo. Quienes lleguen por la carretera de Zacultipan lo hallarán a orillas del río Huayatlapa. Tras arribar al municipio se advierte la paz con sus ventanas y portales ornamentados con papel de china, así como también un admirable monumento que data de 1540. Transitando por este municipio se llega al río de Tlacolula, en la comunidad del Hormiguero. Posteriormente se arriba al Grillete, en los límites entre Hidalgo y Veracruz, en las proximidades de Ixtlamalanta, un hermoso arroyo; Atecoxco en el paso de Mazahuacan, en un sitio conocido como el “Cerro del Zapato”, en donde los visitantes pueden contemplar una formación geológica parecida a un zapato.
La hermosura que se desprende de la gruta de Texcatetl, la “Piedra de Vidrio” o “Espejo de Piedra” se define por sus cuarenta metros de largo y sus siete metros de altura. En el interior de este recinto geológico, se observa una estalagmita que evoca la figura de una mujer hincada. Como puede advertirse, Tianguistengo se caracteriza principalmente por sus mágicos rincones silvestres y precisamente los aficionados al ecoturismo y la aventura hallarán muchos motivos de esparcimiento en este lugar.
No se pierdan el Mirador Tres Cruces, en donde se puede apreciar un panorama increíble de belleza y quietud. Desde este punto se tiene una perspectiva privilegiada de la comunidad de Hueyatlapa y de las altas cumbres de la serranía hidalguense. Esta última se proyecta como si se tratara de la columna vertebral de la población. Se trata de ondulaciones geológicas que tienen más de 80 millones de años.
En estas montañas de Tianguistengo, los visitantes hallarán distintos arroyos que derraman sus aguas al vacío a manera de diminutas cascadas, con un verde campo repleto de neblina muy agradable, especialmente para quienes disfrutan dar paseos por estos parajes, para muchos la “Suiza de la sierra”.
Todo el ambiente se encuentra vigilado por la imponente silueta del cerro de Tlachaloya, otro motivo para visitar el natural y limpio entorno de Tianguistengo.