En la ciudad de Querétaro, en 1810, Josefa Ortiz de Domínguez, consorte del corregidor local, en cuanto fue descubierta la conspiración que organizaba junto con otras personas, en contra de la corona española, hizo avisar al cura Miguel Hidalgo los planes que se habían proyectado para neutralizarla. Fue eso lo que decidió al cura insurgente a tocar las campanas de su parroquia y levantar al pueblo en armas, en la madrugada del día 16 de septiembre. Actualmente Querétaro es una excelente alternativa para disfrutar de las Fiestas Patrias, por los muchos eventos determinantes para la Independencia de México que acontecieron en esta entidad del país.
A lo largo de las Fiestas Patrias, la capital queretana se adorna de motivos patrios, que la hacen lucir todavía más admirable. La ceremonia del Grito, tal y como sucede en otros sitios de la República Mexicana, se realiza en la Plaza de Armas, pero también en el tradicional Jardín Guerrero, cerca del Palacio Municipal de Querétaro. En ocasiones la ceremonia del Grito de Independencia en Querétaro se efectúa aproximadamente a las 11 de la noche en la Antigua Casa de la Corregidora, para darle lugar posteriormente a un gran espectáculo de fuegos artificiales, desde distintas zonas del centro histórico queretano.
De entre lo que los visitantes pueden conocer y disfrutar en Querétaro, en el marco de las Fiestas Patrias, tenemos: el Acueducto, auténtico símbolo de la ciudad, construido por Juan Antonio de Urrutia, entre 1726 y 1735, para abastecer de agua a la ciudad. Es una obra extraordinaria que abarca 74 arcos de 13 metros de altura y una longitud de 1,280 metros; la Catedral de Querétaro, es decir, el Templo de San Felipe Neri, excelente edificio cuya construcción dio comienzo en 1786 y finalizó en 1800. La tradición refiere que este templo fue bendecido por el propio cura Miguel Hidalgo.
No hay que perderse tampoco el Teatro de la República, el cual abrió sus puertas en 1852, con el nombre de Teatro Iturbide, y que ha sido escenario de importantes acontecimientos históricos de nuestro país (como la promulgación de la constitución de 1917); la Casa de la Corregidora, ubicada en calle 5 de mayo esquina con Luis Pasteur, lugar de abundantes anécdotas relacionadas con la lucha por la Independencia de México y la vida de Josefa Ortiz de Domínguez, y el Mausoleo de la Corregidora, donde reposan los restos de esta heroína nacional y de otros protagonistas de los comienzos de la lucha insurgente.