Territorio de chinelos, alfareros y talentosos músicos, Tlayacapan, en el estado de Morelos, se encuentra bajo el amparo de cerros añosos, llenos de leyendas, como Ventanilla, Tlatoani y Tonantzin. En ese pueblo, todavía se percibe un apacible ambiente y sus habitantes se aferran a sus antiguas tradiciones, a sus tesoros culturales, de procedencia prehistórica, prehispánica y colonial. La proyección urbana de Tlayacapan, fue concebida en los tiempos prehispánicos y exhibe una coincidencia con los cuatro puntos cardinales. Cada uno de ellos, incluye una capilla que otorga su nombre a sus cuatro barrios: El Rosario, Santa Ana, La Exaltación y Santiago.
Además de las iglesias guardianas mencionadas, hay otras 22 capillas en Tlayacapan, si bien no todas ellas se encuentran en buenas condiciones, ni con su estructura original. Estas iglesias fueron edificadas por religiosos agustinos en los siglos XVII y XVIII, con el propósito de evangelizar a los indígenas tepoztecas, habitantes de la región. Entre las iglesias de Tlayacapan, destacan, por ejemplo, La Concepción, La Tlaxcalchica, La Magdalena, Santa Cruz de Altica, San Miguel, Santiago, San Nicolas, San Lorenzo, San Martín y San Jerónimo.
En el centro de este pueblo mágico, se localiza la Plaza de la Constitución, allí se observa una vieja ceiba, que ha sido testigo de los avatares históricos del pueblo y un blanco quiosco, en donde los fines de semana, se vuelve el escenario para distintas bandas de música regional.
Interesante es la capilla de Santa Ana, edificio sacro dedicado a la veneración de la madre de la Virgen María. Es una construcción sencilla y por lo general se encuentra cerrada, aunque los domingos, cuando se celebra misa, se tiene la oportunidad de observar su interior, de corte barroco rústico. No tiene atrio, aun cuando su fachada muestra similitudes con la Capilla de San Martín y la Capilla de El Rosario.
Por su parte, la Capilla La Exaltación tiene una fachada muy original y es una de las más admirables del pueblo. Su techumbre está integrada por dos bóvedas y contrafuertes de tipo cañón. En el interior de esta capilla se atesoran elementos ornamentales, tanto españoles como prehispánicos y su altar mayor, se encuentra dedicado al arcángel San Martín. Muestra un estilo orientado hacia lo rústico. La fiesta de esta capilla se celebra el 14 de noviembre.
La Capilla de Santiago, destaca, por ejemplo, por su hermosa puerta con adornos de soles, lunas, estrellas y figurillas prehispánicas. La Capilla El Rosario, en cambio, es la única cuya fachada está orientada hacia la salida del sol.