En lo que sigue vamos a desarrollar una aproximación al vínculo que tienen los hoteles boutique, con las últimas tendencias de la hotelería. Se dice que los hoteles boutique tienen como objetivo principal, hacer que los visitantes se sientan como en su propio hogar al alojarse en ellos. Y si bien esta iniciativa no deja de ser efectiva, las últimas tendencias, la vanguardia hotelera, parecen apuntar a algo muy diferente. En nuestros días ya no se busca tanto que los huéspedes se sientan como en casa, sino más bien los hoteles se concentran en su interiorismo para asombrar a los visitantes y hacerles sentir experiencias diferentes, capaces de alejarlos de la rutina.
De tal manera que, los hoteles boutique, tendrían su principal competencia o su posible evolución, en hoteles de diseño, vanguardistas y sumamente modernos. Y si bien parecerían desmerecer ante la señorial presencia arquitectónica de los hoteles boutique- muchos de ellos instalados en haciendas, y edificios históricos de esa clase-, los hoteles de diseño, con sus grandes estructuras de acero, cristal y luces neón, parecen ser tan pragmáticos como eficaces. Estamos ante dispositivos de interiorismo de última generación que sorprende y fascina.
Los hoteles boutique, por lo consiguiente, parecerían tener el reto de hacer que los huéspedes valoren ciertas nociones de buen gusto y clase, en contra de lo que los hoteles de vanguardia parecen ponderar, que es una tendencia al minimalismo, al vintage, a lo nuevo a ultranza. Se trata de hoteles que ponderan el diseño al extremo, intentando mostrar su mejor perspectiva por dentro y por fuera. Su objetivo es enamorar a primera vista al público y pata ello muchos hoteles de diseño han contratado a prestigiosos diseñadores para acondicionar de vistosa manera sus instalaciones, su mobiliario, su oferta gastronómica.
Los hoteles boutique en cambio, si bien cuidan mucho la decoración de sus habitaciones, se decantan más hacia lo clásico, lo elegante, lo sofisticado. Piensan más en la impresión interna que dejan en los clientes y no tanto en la proyección externa que den. Ambos hoteles se alejan de la forma convencional de hospedaje, esa que brindan hasta los más grandes resorts. Pero en tanto que los hoteles de diseño, los hoteles de vanguardia, se lanzan hacia adelante, hacia lo siempre novedoso, los hoteles boutique buscan ofrecer lo que tiene más estilo, más encanto y en última instancia, lo mejor de lo mejor.