Elegancia, buen gusto, lujo, comodidades, arte, diseño y servicios personalizados, son algunas de las cualidades que distinguen a los hoteles boutique. Pero también hay otra característica y de no menor importancia. Se trata de su tendencia a aprovechar lo clásico, lo que nunca pasa de moda. Sin embargo, también hay que ponderar el aprovechamiento que hacen los hoteles boutique de los recursos propios de la modernidad. ¿Cómo concilian los hoteles boutique estas dos tendencias al parecer opuestas? ¿Cómo integrar en una oferta de hospedaje, lo clásico con lo más moderno y funcional? En los párrafos siguientes analizaremos esta interesante disyuntiva.
La noción de “clásico” tiene muchos usos, pero esencialmente se utiliza para designar a ciertos elementos, como fenómenos o personas, que se definen por su respeto a lo tradicional y a los cánones establecidos por esto último. Es de esta manera como uno puede hablar de música clásica o ballet clásico.
Pero clásico también es algo que tiene una gran relevancia en un rubro determinado y entonces, designa que algo se establece como referencia en cierto campo específico. Los hoteles boutique, por sus particulares características, intentan acercarse a estas dos perspectivas de lo clásico, pero sin renunciar a lo mejor de la modernidad.
Estamos hablando de negocios de hospedaje instalados en zonas urbanas o provinciales, de gran relevancia histórica o cultural; con valores arquitectónicos, artísticos y de diseño notables. Todo ello apunta hacia la primera acepción de lo clásico. La atención personalizada y los servicios de primera calidad que se ofrecen en los hoteles boutique los relacionan también con la segunda referencia: se proyectan como referentes en el medio hotelero a fuerza de excelencia.
Pero lo anterior no los priva de poder proporcionarles a sus huéspedes, las comodidades y alcances de la máxima modernidad.
Lo atractivo de los hoteles boutique es que consiguen satisfacer las necesidades turísticas de una gran variedad de viajeros. Esa es una de las características que los hace tan atrayentes. Tanto quienes gustan de lo clásico: las obras de arte, los edificios históricos, los decorados suntuosos y elegantes; como quienes quieren disfrutar de la modernidad y sus posibilidades: la televisión con cable, el Internet inalámbrico, los servicios de spa, las terapias, los aparatos de gimnasio de última generación, etc. Tal y como hemos visto lo anterior no es imposible de conciliar y esa es una de las cosas más valiosas de los .