Si tienes pensado explorar el estado de Morelos, pero buscas hacerlo de una manera diferente y enfocada primordialmente al turismo cultural, entonces te sugerimos considerar la ruta de los conventos morelenses. La idea es conocer el área noroeste de Morelos, comenzando en Tlayacapan y prosiguiendo hasta los límites con el estado de Puebla, justo en las faldas del volcán Popocatepetl
Tlayacapan es un pueblo abundante en cultura y tradiciones, además de estar inmerso en un ambiente silvestre y cautivador, entre peñones y cerros, muy similar al de Tepoztlán. Allí hallarás edificios admirables como el ex convento de San Juan Bautista, construido a partir de 1534.
Lo más sobresaliente de esta noble construcción, es su sistema de aljibes- para captar agua de lluvia y de manantiales cercanos-, que aún es funcional. Cuenta además con valiosas pinturas murales, dedicadas a la vida de San Agustín. En este pueblo morelense, no te pierdas también el Museo de Tlayacapan, ubicado en el claustro de ese mismo convento. Tal recinto alberga piezas prehispánicas, arte sacro y una pintura de la Virgen de la Luz, de la autoría de Miguel Cabrera.
Más adelante, al noreste de Tlayacapán, se localiza Totolapan y allí, el ex convento de San Guillermo Abad. Se trata de un edificio de 1536, con fachada austera y una espadaña con monogramas de Cristo. El claustro de este ex convento, si bien es sencillo, atesora restos de interesantes murales, trabajados con humo negro al fresco.
Al sureste de Totolapan, llegamos a Atlatlauhcan, pueblo que se encuentra prácticamente a orillas de la carretera federal 115, que lleva de México a Cuautla. En Atlatlauhcan, destaca el ex convento de San Mateo, construido en 1570. Luce una iglesia muy sencilla y una fachada sin demasiados adornos, pero con un reloj de los tiempos del porfiriato. Este edificio ofrece a los visitantes, numerosas pinturas murales y un interesante atrio con doble camino procesional, para efectuar peregrinaciones dedicadas al Santísimo Sacramento.
Dejando Atlatlauhcan, con rumbo a Cuautla, se llega a las cercanías del pueblo morelense, donde se prepara la cecina más deliciosa del país: Yecapixtla. Además de esta delicia culinaria, los turistas pueden conocer en Yecapixtla, el b, mismo que fue edificado en 1535. Estamos ante una construcción formidable, que combina dos estilos arquitectónicos llegados a nuestro país desde Europa, con los primeros españoles: el estilo gótico y el estilo renacentista. Sobresale en la iglesia del ex convento, el bello púlpito, la pila del bautismo y los nobles decorados del sotocoro. Además, el precioso rosetón de la portada principal, es digno de las catedrales más elegantes de Europa. En interesante contraste, la portada lateral luce picaros relieves con siluetas de sátiros en un detalle netamente plateresco. Otros pueblos morelenses, que podrían hacernos continuar esta fascinante ruta, son Jumiltepec, Ocuituco, Tetela del Volcan y Hueyapan.