El surgimiento de las haciendas de beneficio se puede identificar en las encomiendas y mercedes de territorio que, desde el siglo XVI, otorgaba la Corona Española a los militares de mayor rango y mérito. Estas dádivas derivaron en verdaderos señoríos casi feudales, y se transformaron con el tiempo, en las propiedades rurales más típicas de la Nueva España.
Las haciendas de beneficio, se perfilaron en breve, como el pilar más importante de la economía virreinal. Esta circunstancia se mantuvo hasta los inicios del siglo XX, cuando, como resultado de los conflictos políticos de la Revolución Mexicana- cuando caudillos como Emiliano Zapata o Pancho Villa tuvieron un lugar determinante- fuera promulgada la importante Ley de la Reforma Agraria. Con esta última legislación, aconteció un drástico cambio en las maneras de poseer tierras, y de acuerdo a ello, se repartieron las propiedades y bienes de la mayoría de las haciendas .
Como muestra de la gran cantidad de haciendas de beneficio, que surgieron en México, cabe mencionar a la población de Sultepec, al sur del territorio mexiquense. Se sabe que en 1874 en las inmediaciones de Sultepec existían por lo menos unas 72 minas y haciendas de beneficio.
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