Si se está planeando llevar a cabo un viaje, pero aún no se ha decidido totalmente por cuestiones de embarazo, es conveniente conocer los siguientes consejos, para emprender la travesía de manera cómoda y segura. Cuando una mujer está embarazada, se habla mucho de los considerables riesgos de emprender la travesía por vía terrestre. Pero de ser indispensable viajar en autobús, esto no tiene por qué ser peligroso para las mujeres embarazadas, si se atienden recomendaciones como las que les daremos.
De entrada es conveniente elegir una línea de autobuses que se manifieste al pendiente de las necesidades de sus clientes. Además, antes de emprender el viaje, es adecuado acudir al ginecólogo para que te asesore acerca de sí es seguro viajar o si es preferible postergar la travesía. De manera general, no existe ningún riesgo de viajar durante el segundo trimestre de embarazo, puesto que no hay peligro de que se presente el parto durante ese periodo y en una situación incómoda, lejos de casa y cualquier apoyo especializado.
También debes evitar hacer el viaje sola, sin el apoyo y compañía de alguna otra persona, capaz de ofrecernos auxilio, llegado el caso. Mantenerse en contacto ininterrumpido con las personas que veremos al llegar al destino deseado, es otra necesidad insoslayable. Debes llevar equipaje ligero y fácil de transportar. No hay que llevar pesadas maletas que te obliguen a realizar esfuerzos físicos. Por supuesto, es indispensable llevar prendas de ropa y calzado lo más cómodos que sea posible.
Alimentarse bien antes de abordar el autobús y también hacerlo durante el viaje, es algo que no debes olvidar. Si el trayecto es largo, se debe llevar agua y alguna colación. Si hay manera, hay que solicitar al conductor o a su asistente de viaje que te cambie el asiento de ventanilla, por uno que esté junto al pasillo o cercano al sanitario del autobús. Hay que evitar estar sentada todo el tiempo. Para ello, siempre que exista una posibilidad y cuando el vehículo esté detenido, hay que caminar un poco por el pasillo del autobús, para estirar las piernas y ayudar a la circulación sanguínea. Si con todo ello, en cierto momento de la travesía sientes alguna clase de malestar, hay que avisar inmediatamente al conductor o su asistente de viaje, para que ellos, de acuerdo a su deber y responsabilidad, puedan ayudarte al máximo.