La región donde se asienta actualmente la ciudad de Colima, fue el lugar de asentamiento de una importante cultura prehispánica, denominada como Cultura de Occidente. Este grupo mesoamericano también se extendió por los territorios de Nayarit y Jalisco. Los españoles arribaron a lo que ahora es Colima, en el año 1520, alterando la localización del asentamiento al que se nombraría como Colimán. El trazo que manejaría, es el reticulado habitual de las urbanizaciones de la época, con una plaza en el centro de tal proyección. En ese espacio se asentaban las casas de gobierno y el templo de Colimán. Las actividades económicas que se desarrollaban en esta ciudad durante la época colonial eran la minería, la agricultura y la ganadería.
Cuando viajes a Colima, tendrás la oportunidad de contemplar bellos ejemplos arquitectónicos de este periodo de su historia. De entre las construcciones más recomendables hay que destacar la Catedral, edificio sacro reconstruido en diversas ocasiones por terremotos acontecidos en el lugar. Los primeros edificios que se construyeron en Colima, eran de madera y palma. Este factor, aunado al hecho de que Colima se asienta sobre una región de gran actividad telúrica, explica el por qué no abunden allí las construcciones demasiado antiguas.
Durante el tiempo del Porfiriato, en donde hubo cierta prosperidad regional, aparecieron muchos nuevos edificios en la ciudad de Colima: se construyeron diversas residencias, con el estilo arquitectónico de la época. Uno de los sitios que te recomendamos visitar, el jardín de la Plaza Principal, data de la segunda parte del siglo XIX. Otro ejemplo de esta tendencia urbanista es el Paseo del Progreso, también de obligado recorrido. Por otra parte, el Palacio de Gobierno es una construcción del siglo XX, tal y como sucede con el Teatro Hidalgo- con todas sus anécdotas históricas-, que se levanta justo donde estuvo alguna vez la casa de Miguel Hidalgo.
Como quiera que sea, los portales y las construcciones que rodean la plaza principal de Colima, han sido reconstruidos y adaptados en diferentes ocasiones por motivo de los frecuentes movimientos telúricos que afectan a la región. Con todo y eso, tales construcciones por su belleza y valía histórica, se perfilan como uno de los atractivos más importantes de la ciudad de Colima.
Finalmente, si viajas a la ciudad de Colima con el objetivo de contemplar sus tesoros coloniales, no dejes de visitar los vestigios del colegio franciscano de San Francisco de Almoloyán y además, el Mesón de Caxitlán, ruinas de un antiguo mesón, edificado en el sitio en donde alguna vez estuvo la antigua población indígena de Caxitlán.