En la segunda sección del bosque de Chapultepec, sobresale el Cárcamo de Dolores, obra hidráulica construida en 1951 que tuvo por finalidad abastecer a la Ciudad de México del líquido vital proveniente del río Lerma. La concepción del Cárcamo de Dolores buscó consagrarse como un ambicioso emblema del progreso mexicano que pretendió integrar ingeniería hidráulica