La plata fue hallada por vez primera en la región mexicana del bajío, justo a mediados del siglo XV. Un siglo después, Guanajuato se transformó en el centro minero más importante del planeta. En nuestros días, la UNESCO ha declarado a las minas guanajuatenses como Patrimonio de la Humanidad. Estos centros productivos explican en buena medida el desarrollo que tuvieron los pueblos de Guanajuato.
De entre las minas de Guanajuato que tuvieron más fama, destaca La Valenciana. Se ubica en el norte de la ciudad de Guanajuato, en el pueblo del mismo nombre. En su momento se proyectó como uno de los yacimientos más redituables del orbe. Era propiedad de empresarios españoles, quienes también la manejaban. Fue un hallazgo de Antonio Obregón y Alcocer.
Las actividades mineras trajeron riqueza y prosperidad a Guanajuato y sus pueblos y gracias a ellas, fueron construidas hermosas mansiones e iglesias, con las ganancias que se obtuvieron. Tras la Revolución Mexicana esta mina cerró sus puertas y a finales de los 60s, reabrió como cooperativa que producía plomo, níquel y oro. Hace un tiempo cesó en sus actividades, pero en la actualidad se ha convertido en un importante atractivo turístico.