Cierra los ojos, siente cómo el viento acaricia tu rostro, escucha el sordo murmullo de la naturaleza, abre la mirada lentamente, parecerá que estás volando en un paisaje de ensueño. Estás ahí, parado en uno de los miradores más espectaculares de México, El Divisadero, en la Barranca del Cobre, Chihuahua.
La luz del sol disminuye y el horizonte se cubre de un color cobrizo, poco a poco las sombras avanzan. Nunca has visto un espectáculo semejante, llega rápidamente la oscuridad y las agrestes barrancas de la Sierra Madre pasan a ser hermosas siluetas negras iluminadas por cientos de estrellas que tiritan exuberantes en el cielo nocturno. Mientras la luna brota de entre las montañas, pequeños sonidos naturales producen un eco mágico, llevando su enigmático mensaje a través de los cañones.
El Divisadero es un sitio imperdible para los visitantes de la Barranca del Cobre, desde ahí las emociones se enaltecen, se subliman. No es difícil llegar, el sitio se encuentra a 50 kilómetros de Creel. Desde El Divisadero se unen las barrancas del Cobre, de Urique y Tararecua. Desde ahí es posible acceder a varios miradores que ofrecen las más impresionantes vistas. El lugar cuenta con los mejores hoteles de la sierra y algunas zonas para acampar.
Desde El Divisadero es posible ver barrancas profundas , caídas de agua y la incomparable fascinación que ofrece la naturaleza aprisionada por la sierra. Desde 2010, es posible “volar” sobre impresionantes alturas gracias a un teleférico que recorre más de 5 km.
Las Barrancas del Cobre son uno de los monumentos naturales más fantásticos del mundo. Para tener una idea de la magnitud del paisaje en esta parte de la Sierra Tarahumara, basta citar una expresión popular que a la letra dice: “Las Barrancas del Cobre son lo que el Cañón del Colorado quiere ser cuando sea grande”.