Es interesante conocer algunos antecedentes históricos de Isla Mujeres, para comprender como esta ínsula, ubicada frente a la costa de Cancún y una de las más importantes de Quintana Roo, ha llegado a tener tanta relevancia para el medio turístico de nuestro país. Una vez que uno se entera de los acontecimientos más relevantes en la historia de Isla Mujeres, se hace más entendible la gran valía que ha llegado a tener este rincón de nuestro México. Visitar Isla Mujeres es, en cierta manera, viajar en el tiempo, hacia la esencia de la región sureste de México.
Las noticias más antiguas acerca de Isla Mujeres, datan entre el año 564 y el 1516 d.C., y la nombran como una provincia maya de Ekab, es decir, uno de los cuatro territorios mayas que formaban parte de lo que actualmente constituye el estado de Quintana Roo. En aquellos tiempos, Isla Mujeres no era una población, sino un santuario para la veneración de la diosa Ixchel, patrona del tejido, la Luna, la felicidad y la abundancia. Los antiguos mayas visitaban este santuario en Isla Mujeres para rendirle honores y ofrendas a esta importante figura del panteón mesoamericano.
En el periodo comprendido entre el 1 y el 4 de marzo de 1517, una expedición española dirigida por Francisco Fernández de Córdoba, halló Isla Mujeres y en ella, el santuario dedicado a la diosa Ixchel. En el lugar también estaba el séquito femenino de la deidad y precisamente por este detalle, a tal ínsula se le denominó como Isla Mujeres, nombre que hasta la fecha conserva el lugar. Posteriormente, en 1850, fue fundada la comunidad de Dolores en Isla Mujeres, y allí se asentaron más de 250 pescadores, indígenas mayas y piratas que habían escapado de la inclemente Guerra de Castas.
Luego, la aparición de la Hacienda Vista Alegre, gracias al impulso del español Fermín Mundaca y Marecheaga, ayudó notablemente a la consolidación de Isla Mujeres como asentamiento comunitario. Tal hacienda abarcó en su momento, el cuarenta por ciento de la superficie de Isla Mujeres. Justo en ella, fue donde se organizó la crianza a gran escala de animales e importantes labores agrícolas.
En las postrimerías del siglo XIX, Isla Mujeres era una comunidad de 651 personas, las cuales habitaban un espacio urbano bien delimitado, y con un paisaje marino con aves revoloteantes, embarcaciones de vela y la dinámica incesante de los pescadores del lugar. Todo ello conformaba un paisaje muy sugestivo, como extraído de una valiosa acuarela.