En el centro histórico de la capital del Estado de México, se yergue altivo una amplia edificación estilo Art Nouveau, cuya estructura de hierro forjado y grandes ventanales de cristal albergan en su interior un jardín botánico que asemeja un paraíso tropical en miniatura.
Este representativo inmueble fue construido a finales del porfiriato y fue utilizado de 1910 a 1975 como el Mercado Municipal 16 de Septiembre. Al cerrar el mercado, las autoridades locales decidieron convertir el espacio en un jardín botánico, el cual abrió sus puertas al público el 5 de julio de 1980.
El diseño propuesto por el muralista Leopoldo Flores fue muy ambicioso, implicó la creación del conjunto de vitrales mayor del mundo: 71 ventanas-murales destinadas a cubrir una superficie de 3, 200 metros.
Cada vitral representó una historia única, no existen repeticiones ni una cronología clara, el espectador puede pararse en cualquier lugar y admirar el jardín botánico y los murales sin esperar una narrativa lineal. Destaca un vitral central que emula un círculo de fuego, del cual emana la figura de un hombre desnudo, símbolo, quizá, del poder humano sobre la naturaleza.
El cosmovitral es una obra de arte colosal, única en su tipo, contiene cristales provenientes de varios países del mundo. Además, su luminosidad es muy diferente según la hora en que se visite. Les recomendamos visitarlo al atardecer, cuando la luz solar se filtra con sutileza entre los vitrales, lo cual genera un espectáculo visual inolvidable.