Las calles del centro de la Ciudad de México son el relato vivo de la historia, en ellas se presienten conmovedoras gestas heroicas, humillaciones, magnicidios, y cientos de hechos callados en los recuentos escritos.
El centro de la capital respetó los trazos geométricos de la Antigua Tenochtitlán, capital imperial azteca que yace bajo los múltiples edificios que hoy protagonizan la vida cotidiana de mercaderes y turistas maravillados. Aunque hoy en día la calle más turística es Madero, hecha corredor peatonal recientemente, cabe la pena señalar que la avenida por excelencia del centro histórico es su vecina calle Tacuba, la cual conectaba al extraodinario Templo Mayor, con la tierra firme.
Tacuba era la Avenida principal en la Antigua Tenochtitlán, sobre ella los españoles guiados por Hernán Cortés sufrieron la agonizante persecución de los aztecas que terminó en la llamada noche triste, aunque paradójicamente la batalla desatada significó una victoria pírrica sobre los invasores. La calle Tacuba se conecta actualmente con la Av. México-Tacuba, la cual antiguamente se caracterizaba por ser zona de Tulares (Así se le conoce a los bosques conformados por Ahuehuetes), donde según dice la tradición, lloró el propio Cortés la derrota de sus tropas. Hoy queda el tronco de aquel legendario árbol, seco y protegido por una reja de los atentados y la falta de conciencia. Aún así, para el viajero deseoso de reconstruir los hechos históricos, la caminata desde el centro histórico hasta el gran ahuehuete será un incentivo para desatar la imaginación sobre el significado de la conquista.
Detrás de la catedral metropolitana, donde comienza la calle de Tacuba, se encuentran variados atractivos que vale la pena visitar. Ahí se encuentra el Centro Cultural España, espacio de la embajada de aquel país, que presenta exposiciones experimentales de arte y ofrece talleres y conciertos de todo tipo en su azotea.
Caminar por Tacuba implica una oferta gigantesca de productos, hay decenas de cafeterías, restaurantes, churrerías, tiendas de ropa, etc. De entre los innumerables negocios destaca el famoso Café Tacuba, sitio de suntuosa decoración que presenta un menú con los platillos más sofisticados de la gastronomía mexicana. El precio es elevado, pero la calidad de los platillos lo vale.
Antes de llegar al transito Eje Central, Tacuba se engalana con una de las plazas públicas más bellas de la ciudad, conocida popularmente como “El caballito”, pero últimamente renombrada como Plaza Tolsá. En el centro del cuadrante se encuentra una prodigiosa escultura ecuestre del rey de España Carlos IV, pero los anhelos de independencia mexicana prácticamente negaron cualquier recuerdo de la monarquía española y la escultura pasó a ser conocida más por su caballo que por el personaje que monta. En esta plaza se encuentran tres de los edificios más bellos del centro histórico, por un lado sobresale el Museo Nacional de las Artes (Munal), donde se concentran las piezas de arte pictórico mexicano más relevante del siglo XIX; en frente se sitúa el Antiguo Colegio de Mineria que alberga anualmente la feria del libro de la capital: y a su costado, se levanta majestuoso el Palacio de Correos, el cual es una de las joyas de la ciudad por su preciosismo, su color y sus detalles ornamentales. El palacio de correos posee un pequeño, pero bello museo en su último piso. Recomendado.
En suma, recorrer la calle de Tacuba es una obligación para cualquier visitante de la capital mexicana, en ella se concentra el pasado fulgurante del país, la alta cocina y las bellas artes.